LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

Capitulo 23

Northamptonshire , Inglaterra

Ava

El zumbido familiar de mi teléfono interrumpió mi concentración, y al revisar la pantalla, vi que George estaba escribiendo. Mi corazón dio un pequeño salto, la anticipación revoloteando en mi pecho. Habíamos estado separados por unos días mientras él disfrutaba de eventos en Miami, y su ausencia había creado un vacío que solo sus mensajes podían llenar.

George Bonito 💚

Hola corazón, ¿como estás?

 Una sonrisa se esbozó en mi rostro al leer esas palabras.

Me

Hola George, estoy bien, estaba haciendo unos informes ¿y tú?

¿Ya llegaste a casa?

George Bonito 💚

Sí, ya llegué a Inglaterra. 

Sabes que te he extrañado estos días :c 

Debiste quedarte conmigo

Me

Sabes que no podía, te lo dije un par de veces

Mi pulso se aceleró cuando la pantalla de mi teléfono iluminó la habitación con la notificación de un nuevo mensaje de George. Mis ojos rápidamente se enfocaron en las palabras que aparecieron ante mí.

George Bonito💚

Ya pero yo quería estar con mi chica ,  me puedes culpar por intentarlo.

Un cosquilleo nervioso recorrió mi piel, y por un momento, mi respiración se detuvo. Las palabras se quedaron suspendidas en el aire, llenando la habitación con una energía electrificante.

Me encontraba en un terreno incierto, después de todo mi pasado, las emociones y las nuevas expectativas danzaban entre una delgada línea de dudas.

George y yo, habíamos tenido un par de citas, muchas conversaciones por telefóno y un par de besos que dejan un rastro de mariposas que habia creido extinta en mi vida pero que por él ingles estaba presenten en mi estómago.

Sin embargo, aún no habíamos definido lo que éramos el uno para el otro.

La declaración de George resonó en mi mente, y mi corazón latía con fuerza. ¿Qué significaba eso exactamente? ¿Era un paso hacia algo más profundo, o simplemente una expresión casual de cariño? Me sentí atrapada en un torbellino de emociones, una mezcla de alegría, nerviosismo y un toque de temor a lo desconocido.

Mi mente se llenó de preguntas, pero antes de poder articular una respuesta, el brillo de mi pantalla indicó que George estaba escribiendo de nuevo.