LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

Capítulo 45

Maratón 3/4

Londres, Inglaterra

George

La suave luz se filtra en la habitación, me encuentro acostado junto a ella, una pelinegra cuyos ojos eran de un miel claro, sus manos recorren mi piel trazando caricias.

El silencio que la habitación se encontraba fue abruptamente interrumpido por la repentina aparición de Odette. Observo su figura, su cabello rubio cayendo en cascada sobre sus hombros, con una expresión en su rostro que denotaba una mezcla de enojo puro.

Mis ojos la recorrieron con un deje de aburrimiento. No podía evitar sentirme molesto por su intrusión en un momento íntimo. ¿Acaso no entendía que necesitaba este tiempo a solas?

—Odette.

Ella cruzó sus brazos sobre su pecho, su mirada clavada en la mía con determinación.

—Largo—Se dirigió a la morena junto a mí.

—Yo— La oí responder titubeante.

—Eres sorda, largo—Le señala la puerta.

—¿Me llamaras?—Acaricia mi espalda, me giro a verla. 

—No lo creo, fue divertido—Es todo lo que digo, evidentemente mi respuesta no fue de su agrado pero no me importaba en lo absoluto.

La veo brevemente vestirse hasta que pasa rápidamente por alado de la rubia.

—Y ahora si me lo permites, quiero dormir.

—Ni lo pienses, acaso olvidaste el evento de esta mañana—Maldición, el jodido evento. 

Me lamenté internamente por haberlo olvidado pero sabía que no podía quejarme, era parte del trato. 

Hace meses que empezamos esta relación falsa con Odette, lo hice porque quería, era lo mejor para mantener mi reputación tranquila, calmada, después de los meses en los que me desvíe por así decirlo. Esto era un ganar ganar, ella me ayudaba y yo la ayudaba.

Eso, por supuesto permitiéndome tener mis encuentros, sin compromisos claro esta. Tenía claro algo no volver a entregarle mi corazón a nadie más, la última vez que lo hice pues bueno, termino mal.  

Agito la cabeza, porque no quiero pensar en eso, no quiero pensar en ella. Dejo eso y miro a Odette.

—Odette, ¿es realmente necesario ir a ese evento? No me gusta en absoluto —Menciono con un deje de irritación en mi voz.

Ella me mira con firmeza, como si esperara que yo entendiera la importancia de esta aparición pública.

—George, ya hemos hablado sobre esto. Es crucial para nuestra imagen y para los negocios —Responde con un tono decidido.