LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

Capítulo 31

Maratón 3/4

Hungría, Budapest

Ava

En este día tenía algo claro, después de días de pensarlo.

Estaba decidida. 

Había llegado el momento de enfrentar la verdad, de descubrir más cosas sobre la mujer que me dio la vida, se que había dicho que no quería saber cosas sobre ella pero una charla nuevamente con mi papá sobre eso, me llevo a esta conclusión.

 El frío del garaje de Mercedes en Hungría se filtraba a través de mi abrigo mientras avanzaba con determinación hacia la oficina de Susie.

 Sentía aún la mezcla de rabia y curiosidad que palpitaba en mi pecho, alimentada por el enojo de haber descubierto que me habían ocultado la verdad sobre Elena.

Al llegar a la puerta de la oficina, respiré hondo y golpeé con fuerza. La voz de Susie resonó desde adentro, invitándome a entrar. Empujé la puerta y me encontré con la mirada sorprendida de mi jefa.

No había hablado con ella, desde aquel día que me entere la verdad.

—¿Ava? No esperaba esto —Dijo, claramente desconcertada por mi visita.

—Necesitamos hablar, Susie. —Respondí con frialdad.

—Claro—Inquirió, intentando mantener la compostura.

—No ocultes nada, no más, dime todo sobre ella, sobre Elena —Mi voz temblaba ligeramente, pero no por miedo, sino por la intensidad de mis emociones.

Susie vaciló por un momento, evidentemente sorprendida por mi solicitud directa. Finalmente, asintió y se sentó detrás de su escritorio, indicándome que hiciera lo mismo en una silla frente a ella.

— Elena era igual que tú, de verdad el parecido es asombroso, el cabello castaño, las facciones—Dijo con cautela— lo único que no te pareces a ella es en los ojos, seguramente serán de tu padre biológico.

—¿A él lo conocías?—  No pude evitar preguntar.

Susie negó con la cabeza.

— No, lo único que Elena me contó fue que se conocieron en un bar, tuvieron su cosas. Y bueno él si dejo una tarjeta, quería volver a verla pero mi amiga no tenía esas intenciones, ella era un alma libre y.

—  Si me pude dar cuenta, digo por algo no se quedó conmigo— No quería sonar brusca pero no me estaba limitando a lo que sentía en estos momentos— continúa, por favor.

—  No la justifico, Ava porque había momentos que no entendía sus acciones pero la cosa, cuando ella se entero que estaba embarazada de ti, meses después ella viajo otra vez a Estados Unidos para contarle sobre ti pero bueno no lo pudo encontrar— Pensé que había dicho que él le había dado una tarjeta— se que estaba la tarjeta—Susie me adivina el pensamiento— fue a la dirección pero le dijieron que estaba de viaje y fue un par de veces pero no dio con él—Vaya que suerte, ni mi donante de esperma me quiso— lo busco, porque decía que era lo correcto de que supiera pero no paso y luego naciste, te juro Ava que la convencí que se quedara contigo, yo estaba dispuesta a ayudarla, pero ella no quiso. Cuando volvió, ya habías nacido y te había dado en adopción—No puedo evitar la lagrima que sale de mi, pensar que nunca estuve como su prioridad como para tenerme, hace que me duela el corazón aunque no quisiera.