Esposa.

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En mis planes no había lugar para un esposo, mucho menos ser madre, una vez logre ingresar a la universidad tenía todas las ganas del mundo en conseguir formar una excelente carrera, ser alguien sumamente exitosa y destacar en la sociedad

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En mis planes no había lugar para un esposo, mucho menos ser madre, una vez logre ingresar a la universidad tenía todas las ganas del mundo en conseguir formar una excelente carrera, ser alguien sumamente exitosa y destacar en la sociedad. Quería el respeto, el poder del cambio y dejar huellas importantes pero ni siquiera aquel monstruo ambicioso que habiataba en mi pudo contra el amor que le tenía a Mauricio; había pasado por varios hombres interesantes, cariñosos y atentos pero ninguno lo igualaba a él, no sé si fue porque tenía las mismas ganas que yo de subir a lo más alto u otra cosa pero terminé dejando mis sueños y anhelos en una caja.

En especial porque en aquel tiempo ser mujer e intentar ingresar a la política era algo complicado y si lo lograbas ¡Bueno! En verdad no te tomaban en cuenta, Mauricio por otro lado la tenía más fácil, así que volque mis esperanzas en él y funcionó, al principio. Yo era su complemento perfecto, incluso invertí un gran capital para hacer despegar su carrera pero claro eso fue después de que nos casaramos, Mauricio siempre tuvo en tacto que a mi me faltaba para dorarle la píldora a los dinosaurios en los altos cargos, aunque mi estrategia de difusión para su campaña era uno de los atractivos que lo hacían un prospecto viable.

En medio de todo eso sucedió lo inevitable, me embarace, para mi fue un golpe duro pues mi vida iba a cambiar para siempre, los primeros tres meses era un manojo de nervios y mil dudas pero logre sacarlas de mi sistema, después de todo tenía mucho que hacer, ayudar a encaminar la carrera de Mauricio, prepararme para ser mamá, adecuar nuestra casa para el bebé... Fue un año bastante caótico y no hablemos del parto, ni siquiera llegué a maternidad, Regina siempre tuvo prisa; empecé el trabajo de parto temprano pero no me había dado cuenta, tuve contracciones falsas toda esa semana así que no le dí importancia hasta que estaba en mi relajante baño en la tina.

Termine dando a luz en urgencias pero pudo ser en la camioneta con Mauricio viéndome todo paniqueado si nos hubiera tocado tráfico, ame a Regina desde que la tuve en brazos y a medida que fue creciendo pude percibir varías cosas mías en ella, lo que me preocupo muchísimo no quería para ella el mismo destino que el mío, aunque podría salir con la disculpa de que "no tengo quejas" vivo en una casa grande, en una zona residencial exclusiva, no me falta el dinero y ni siquiera debo preocuparme por nuestra seguridad ya que contamos con guardias para protegernos... Pero mi vida se volvió una rutina interminable, aburrida e insípida.

Siempre bajo la sombra de Mauricio, siempre resolviendo sus desastres, ocultando sus fallas y aguantando llevar el simple título de "esposa del senador Luna" como si no hubiera echo nada de provecho en mi vida, me gradué con honores, llevo sobre la espalda esta campaña, es senador gracias a mi ¿Y sólo soy su esposa? ¡Por favor! Además gran cosa ser su esposa, seguimos casados porque jamás me dará el divorcio, la verdad es que somos socios, su campaña es lo único que nos mantiene juntos pero últimamente ya ni eso, porque prefiere escuchar al estupido de se asesor en lugar de mi, quien le ha conseguido todas sus victorias hasta ahora y él no es capaz de conseguirme un maldito puesto en el que pueda sobresalir realmente.







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