Salida.

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Siendo muy sincera, si Regina hubiera salido antes de que tomará el valor para irme, lo más probable es que me habría quedado por ella, bueno en realidad por cualquier persona porque estaba buscando una señal para no tener que hacerlo, esto de vol...

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Siendo muy sincera, si Regina hubiera salido antes de que tomará el valor para irme, lo más probable es que me habría quedado por ella, bueno en realidad por cualquier persona porque estaba buscando una señal para no tener que hacerlo, esto de volver a la cabaña con la idea de borrarnos del mapa era algo que no me convencía, digo ya lo habíamos intentado en el pasado y al final la única que se terminó yendo fue Ivonne; subí mi única maleta a la camioneta, deje mi teléfono en uno de los cajones en mi cuarto ya que no soy estúpida, Mauricio intentará localizarme por cualquier medio en cuanto sepa que no estoy.

Maneje en silencio por las calles de la ciudad tratando de quitarme la sensación de que estaba haciendo algo muy estúpido ¿En verdad valía la pena fugarme? ¿Qué carajos haríamos cuatro mujeres que intentan dejar todo atrás? Y miles de preguntas como esas inundaban mi cerebro pero ya había llegado al estacionamiento independiente donde quedamos que nos veríamos Hanna, Alejandra y yo. Espere paciente a que alguna llegara en su coche pero como eso no estaba ocurriendo aproveche para retocar mi maquillaje, inevitablemente empecé a recordar todas las discusiones con Mauricio que ocurrieron estos días, la última conversación con Regina...




[...]

– ¡Dijiste que me ibas a ayudar!

– Que no fue idea mía, te lo juro — camina detrás de ella

– Es que no haces más que traicionarme Mauricio ¡Una y otra vez!

– ¡Bueno! ¿Qué quieres que haga? ¿Qué deje todo por ti?

– Es lo mismo que yo he echo por ti y por Regina

– Pues nadie te lo pidió

– ¡Ah! No, no, no ¡Es que tú eres un idiota! — abre la puerta enojada — ¡Un imbécil!

– ¿No te estas dando cuenta? ¡La oportunidad que tenemos enfrente!

– ¡No! La oportunidad que tienes tú — alza la voz — A ver ¿Qué vas haces si yo no te ayudo? ¿Eh? — lo reta — ¿Qué pasaría si me pongo a hablar? ¿Te imaginas lo que pasaría?

– Es que no lo haríassonríe — Por Regina

– ¡Ja! — resopla — ¿Estas seguro?

– Que fácil echarme la culpa de todo ¿Verdad? Porque si hubieras querido cambiar de vida, lo hubieras echo hace mucho tiempo ¡Pero tienes miedo! Y no te atreves, por eso prefieres quedarte

– Eres un pendejo

[...]





Mientras terminaba de aplicarme el labial escuche dos golpes algo fuertes en la ventana, definitivamente esa era Hanna y que bueno que llegó a interrumpir mis pensamientos.





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