Globos Y Flores.

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– Mi amor — la abraza de lado — Tranquila, ya paso

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– Mi amor — la abraza de lado — Tranquila, ya paso







Llevaban varios minutos en el coche de camino a la casa pero ella no dejaba de llorar, incluso para Regina se estaba volviendo una situación preocupante, ninguno tenía idea de lo que estaba ocurriendo pues era obvio que Mónica no lloraba exactamente por volverse viuda; lentamente Dante consiguió que recostara la cabeza sobre su pecho mientras pasaba la mano repetidas veces sobre su hombro en un intento de consolarla.







– Está bien — evita que se enderezara — Han pasado muchas cosas mi amor, si necesitas llorar yo estoy aquí, adelante

– Lloro porque estoy cansada, tengo hambre y me duele cada fibra de mi ser — aclara — No tiene que ver con ese hombre que me hizo la miserable todos estos años

– ¿Quieres que consiga un doctor para ti? Puedo hacer que uno vaya a la casa ahora

– No, sólo quiero llegar a mi casa, cambiarme de ropa y poder estar sentada más de diez minutos — súplica volviendo a llorar







Regina sintió pena al verla así, todo este año había sido muy duro pero definitivamente la que lo había pasado peor era su madre, no debió ser fácil tener que lidiar con un imbécil como Mauricio estando embarazada, luego dio a luz y ni siquiera tuvo la oportunidad de descansar bien cuando ya estaba planeando un funeral; lo único bueno es que Dante esta mañana había mandado todo un arreglo de globos y flores a la casa para que Mónica no tuviera que pensar en otra cosa más que en la bebé, al final tenían que celebrar su llegada.







– Déjame cargar con ella — dice al ayudarla para salir del coche — No he tenido la ocasión de cargarla hoy

– De acuerdo, aprovecha que todavía está despierta

– Hola muñequita — saluda al tenerla en brazos

– Probablemente ya no te la devuelva mamá — sonríe ofreciéndole su brazo para entrar juntas a la casa

– Lo hará cuando sea momento de alimentarla, se pondrá salvaje y no le quedará de otra

– ¿Ya enseño el mal genio? — ríe bajo — Definitivamente eso viene de ti mamá

– ¿El mal genio? ¿Y por qué de mi?

– Ay mamá, no te hagas, si las dos tenemos mal genio es porque lo heredamos de ti

– Ahora resulta que es mi culpa, lindo eh

– Ves, ahí esta el mal genio familiar, carajo... Va a pasar de generación a generación

– Un siclo interminable — concuerda en lo que entran a la casa — Necesito mis pantuflas, estos tacones solían ser cómodos pero hoy no los sopor...







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