– ¿Crees que Ale pudo llevar a Ivonne a la cama o la dejó tirada en las escaleras? También pudo dejarla en el pasillo — bebe de la botella — Moni... Moni te estoy hablando
– ¿Ah?
– ¿Qué traes? — recarga la cabeza en su hombro — Te hablo y no me respondes, miras fijo esa pared... Oye si vas a vomitar avísame eh
– No voy a vomitar — suspira
– ¿Sigues viendo doble?
– No pero estoy... Estoy muy triste — se muerde el interior de la mejilla tratando de no llorar
– Ay Moni — la abraza
– Está es la primera vez que me separó de Regina realmente y lo haré para siempre — se recarga en Hanna — Sé que es un problema pero mi vida ha girado en torno a ella y todas las madres pasan por una pequeña depresión cuando los hijos se van de la casa... Sólo que ahora es al revés, la estoy dejando Hanna
– Bueno pero no es justo que volcaras toda tu vida en ella ¿No? Moni, hiciste lo mejor que pudiste para hacerla un buen adulto y aunque Regina...
– Regina es un desastre Hanna — ríe entre lágrimas
– Últimamente si — también ríe — Pero oye, nosotras también eramos un desastre y no acabamos tan mal
– Ay por favor, si no hubiéramos acabado tan mal ¿Por qué huimos? Somos tres esposas aburridas, dos trabajan de sol a sol y una es mantenida
– Disculpa pero tú también trabajas y mucho — la ve — ¿Quién le arregla todo el cagadero a Mauricio? ¿Le escribe sus discursos? ¿Lo hace lucir bien en sus promocionales y mensajes para la sociedad? Sin mencionar de que cuidas cada detalle de la casa, Moni que lo hagas desde tu casa no te hace menos que nosotras dos pero si — concuerda — Debimos acabar algo mal para que estemos huyendo ahora
– Temo por Regina... — admite — Porque ahora está sola con su padre
– Ella es lista, además no se deja, es igual que tú
– ¡Exactamente! Es igual a mi, veme ahora Hanna
– Estás dejando atrás a Mauricio, siempre lo enfrentaste, así que Regina va a estar bien — masajea su hombro — Está bien extrañarla
– La manera en la que la extraño no debería ser legal Hanna
– Lo sé, todavía no me agarra así de fuerte como tú pero creo que en unos días, vas a necesitar pasarme pañuelos y el Tequila
– De acuerdo — sonríe aún dejando salir varias lágrimas gruesas — Lo haré por ti
– Y por eso eres mi favorita — le da la botella — Chupa otro poco y luego vamos a la cama porque en unas horas vamos a sufrir la cruda de nuestras vidas