El día de la consulta llegó y para esto Mónica había preparado todo un esquema, obviamente no iria en el mismo coche con Mauricio lo que facilitaba llegar antes para que su obstetra se encargará de conseguirle la ecografía con la misma cantidad de semanas que poseía pero de un niño, para este momento en el embarazo sería bastante fácil distinguir a un niño de una niña, así que era indispensable que Mauricio tuviera la ecografía correcta; llegó diez minutos antes para cerciorarse de que estuviera todo listo, se cambió a la bata de hospital y luego simplemente se recostó.
– Lo que estamos haciendo es muy peligroso — le coloca el gel sobre su vientre
– Es más peligroso que se entere que le mentí ¿No crees?
– Debes denunciarlo
– No van hacer nada contra un Senador — cierra los ojos — Sólo encargate de que vea un par de bolas ahí y ya, del resto me encargaré yo
– ¿Y cuando des a luz?
– Cuando ese momento llegue estaré mejor protegida que ahora, además ¿Qué va hacer? No es mi culpa si las ecografias estaban mal
– Mónica cuando descubra la verdad, tú tal vez mueras
– Necesito tiempo para pensar que haré y puedes darme ese tiempo con estas ecografias ¿Entiendes?
– De acuerdo... Haré todo a mi alcance para darte más tiempo, tal vez podrías huir con tus hijas
– No es mala idea — concuerda — Pero para planear mi salida del país con una adolescente casi adulta y un bebé en verdad necesito cada minuto que puedas darme
Al ambas quedar en silencio debido a los nervios pudieron adelantar la llegada de Mauricio, escucharon sus pasos acercarse al consultorio y cuando entró la obstetra cambió de actitud a una más animada iniciaron la ecografía falsa como si fuera real, ella explicando las medidas del bebé, cuanto pesaba, enseñó el sexo a pedido de Mauricio y finalizó con los latidos del corazón, como era de esperarse no se quedó para las recomendaciones; salió del consultorio con las imágenes impresas de aquella ecografia y después de ponerle seguro a la puerta pudieron hacerla realmente.
– ¿Entonces todo bien?
– Ella está perfecta, un poco pasadita del rango normal en el peso pero nada de que preocuparse ¿Ha aumentado tu apetito?
– Si pero no me he salido casi de mi régimen
– Los antojos ya llegaron entonces — sonríe entregándole papel
– Si pero casi no cedo a ellos porque son cosas con demasiado azúcar
– Voy a tomarte la presión y a medirte el azúcar, si todo está en rango puedes permitirte ese antojo sin culpa