Panzona.

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– Señorita Regina, llegó temprano — la recibió

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– Señorita Regina, llegó temprano — la recibió

– Quedé de almorzar con mamá ¿No ha llegado?

– Llamó hace un rato, dijo que estaba de camino

– Ah... Por cierto ¿Y los guardias dónde quedaron? No los he visto al entrar

– Hace un par de horas se salieron todos, creo que están afuera esperando que llegue la señora antes de irse definitivamente

– Esto está muy raro... Cuando hablaste con mi mamá ¿Notaste algo extraño en ella Angie?

– No, estaba como siempre

– Define "Siempre"

– Cansada, siempre trae un tono de voz así

– Es necia — da de hombros — Viste como esta mañana le insistí varias veces para que se quede

– A veces pienso que esa pobre niña que lleva en el vientre vaya a nacer en cualquier parte menos el hospital

– Bueno — ríe — No sería la primera vez, conmigo casi no llega al hospital — pasa a la sala — Iré a dejar esto en mi cuarto para que no se moleste por "desarreglar" su sala

– Vaya señorita, pondré la mesa mientras








Por hoy Mónica había decidido conservar al chófer, después de todo, gracias a él pudo escapar de lo que sea que Mauricio le tenía esperando, además estaba demasiado cansada como para manejar, de todos modos antes de llagar a casa tuvo que pasar a su chocolateria favorita, estuvo toda la semana ignorando sus antojos por chocolate pero ya no podía hacerlo así que enloqueció un poco al armar la caja que se llevaría, incluso se llevo algunos macarrones de chocolate, dulce de leche y matcha porque le encantaban y necesitaba algo de equilibrio entre tanta fruta exageradamente cubierta en chocolate.








– Hola, hola — cierra la puerta con llave — Necesito ayuda aquí

– Hola señora — va en su encuentro Natalia — ¿En qué la ayudó?

– Pon esta caja en la nevera, son chocolates y necesito que se refrigere bien, esto — levanta la bolsa de tela — Lo guardo yo

– Esa es una gran bolsa — recibe la caja — ¿Piensa salir? ¿Tiene algún compromiso?

– No ¿Por qué la pregunta? — deja su bolso por ahí — Y si, es una bolsa con comida, las esposas de los colegas de Mauricio me mandaron de todo sólo por estar embarazada — ríe

– Siempre que tiene un compromiso compra estos chocolates, se los lleva a la anfitriona

– Está vez son para nosotras

– ¿¡De verdad!?

– También me van a ayudar con toda la comida que hay aquí, es demasiado para mi o incluso Regina

Mi Rebelión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora