Huyamos.

151 27 50
                                    

– Natalia ¿Cómo mi mamá se cayó? — pregunta preocupada — Se supone que se quedó en casa justo porque no se sentía bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Natalia ¿Cómo mi mamá se cayó? — pregunta preocupada — Se supone que se quedó en casa justo porque no se sentía bien

– El malestar ya le estaba pasando ¿O no Angie?

– ¡Si! Ambas la estuvimos vigilando todo el día, incluso quiso ir al mercado conmigo pero no se lo permití, se quedó aquí en casa con Natalia

– ¿Se mareo? ¿Perdió el equilibrio? ¡Que paso!

– Creo que fueron ambas cosas señorita, estábamos en la cocina ella insistió en prepararse algo para comer, charlábamos y luego dijo que se iría al comedor, me ofrecí a acompañarla pero ya sabe como es su mamá — guarda silencio por unos segundos al revivir el momento — Ella... Ella se desplomó en las escaleras, dijo que sentía dolor y se fue con el chófer al hospital

– ¿¡Por qué no me llamaste!? O mejor ¿Por qué no fuiste con ella?

– Su madre es muy terca señorita... Hace unos momentos llamó a la casa, me pidió que le preparará una maleta

– Mierda, si necesita una maleta es grave — niega

– Ella dijo que sólo querían retenerla por precaución

– ¡Tiene casi cuarenta años! En teoría embarazarse a su edad es peligroso — explota — Te pedí que la cuidarás

– Lo siento señorita... Yo intente ayudarla pero... — guarda silencio cuando la voz se le quiebra

– Señorita Regina, pienso que si su mamá pudo llamar a la casa significa que no es nada grave ¿Por qué mejor no se sienta? Le voy a preparar una maleta pequeña también a usted, así le hace compañía esta noche

– Si, gracias Angie — continua observando a Natalia

– Con permiso...

– ¿Le paso algo más a mi mamá? Natalia

– No señorita

– Me parece que estas muy nerviosa... Digo, que mi mamá se caiga estando embarazada espanta a cualquiera ¡Yo estoy espantada! Pero tú... Te ves aterrada

– Es que yo la vi ahí... En el suelo — deja salir las lágrimas — Fue...

– Discúlpame por gritarte, no pensé en que a ti pudo afectarte mucho también... Sé que hiciste lo que pudiste, sólo que mi mamá no es alguien... Fácil

– ¿Podría tenerme al tanto señorita? Es que estoy muy preocupada

– Claro — asiente — Las mantendré al tanto a ambas... ¿La maleta de mi mamá?

– Ah si, la puse por aquí, también me pidió su laptop

– ¿Cómo que la laptop? ¿Piensa trabajar?

– No me lo dijo, sólo me la pidió

– Bien, se la llevaré — suspira y frunce el ceño al ver su teléfono sobre la mesa del comedor — ¿Salió sin su teléfono?

Mi Rebelión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora