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Mientras Mauricio le echaba una mirada a su socio/matón yo me gire para tranquilizar a mis amigas y a Regina por supuesto, su llegada definitivamente nos cambiaba todo el plan porque ahora él tenía algo contra todas nosotras, así que caminamos juntos de regreso a la cabaña.
– Estaba preocupado por ti
– ¿Ah si? — dice en un tono burlón — Pues ya viste que estoy bien, ya te puedes ir
– ¿Estás bien? — ironiza — ¡Pero si acaban de matar a una persona!
– No sé de lo que me estás hablando — lo ignora y sigue caminando
– Pero si yo vi el muerto ¡Hombre!
– Tú no sabes que pasó, Mauricio, así que no saques conclusiones
– ¡Ah! — exhala — Tú no eres la Mónica que yo conocí
¡Ay por favor! Me gire para encargo porque no podía creer lo que estaba diciendo ¿Conocerme? Este pendejo sólo se preocupa por él mismo, desde hace años que no sabe absolutamente nada de mi, apuesto que no aprendió ni siquiera un poco en terapia.
– ¿Cómo sabes?
– Porque tú no eres capaz de matar a nadie
– ¡Ja!
– ¿Por qué le Hablaste a Federico?
– ¡Ay! — rueda los ojos deteniéndose — Club de Toby ¡Todos protegiendose!
– ¡Ah! Lo que querías era chingarme
– No, no, no te equivoques, no quería fregarte a ti, a tu carrera — lo encara molesta — Para que veas lo que se siente
– ¿No te importo que tu hija se enterará?
Y ahí va de nuevo ¿Qué no eres el papá también? Reí suavemente mientras continuabamos caminando, además ahora si le da vergüenza ¿No? Pero cuando estaba caliente y sacándose fotos del pito no tenía ni un gramo de vergüenza eh.
– Regina, nuestra hija — recalca — Ahora sí te importa, cuando en aquel momento que tú mandaste las fotos de tu pene a todas esas jovencitas becarias... ¿Qué eran? ¿Cómo diez? ¿Veinte?
– ¡Ya!
– Ellas eran de la misma edad de tu hija — le recuerda
– Ya hablamos de ese tema, ya fuimos a terapia, ya me habías perdonado ¿No?
– Ah no, no te perdoné — ríe — Solamente fingí para no arruinar tu carrera, porque ¿Sabes que? Pensé que en algún momento tú me ibas a ayudar
– Pues, que lo intente, hice todo lo que pude pero pss, no salió
– Ay siguete haciendo el pendejo, que te sale muy bien
