Nicholas Galatzine

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Tn's pov

No importa cuánto tiempo conozcas a alguien, no hay garantía de que sea el amor de tu vida. A pesar de nuestros seis años de relación, cuatro de los cuales hemos vivido juntos, él nunca quiso comprometerse; siempre había una excusa, siempre algo que, según él, impedía nuestro matrimonio.

Siempre había algo más importante

A pesar de las adversidades, mantuve la serenidad y busqué reparar cada fisura que surgía en nuestra relación. Me precipitaba hacia sus brazos cada vez que percibía distancia, intenté sostener y resolver la relación por mi cuenta, traté de superar los obstáculos por ambos, pero al final, comprendí una verdad fundamental.

El ya no me amaba

Así que dejé de esforzarme, dejé de intentar alcanzarlo y simplemente comencé a vivir una relación que se volvía cada vez más monótona, alejándose de lo que fue al inicio. Era imposible no preguntarme: ¿Qué causó este final tan doloroso? ¿Fue mi error o el suyo? ¿O acaso ambos tuvimos la culpa? Son incontables las dudas que sé que nunca podré esclarecer, pero hay una certeza que pude alcanzar: no nos amábamos lo suficiente.

Ahora estamos frente a frente; él respira con rapidez y me mira de una forma diferente, con una expresión que denota desesperación y frustración, lo que confirma mis sospechas: tenía razón. Suspira profundamente y toma mis hombros; aunque nuestros ojos se encuentran, el sentimiento de amor se ha esfumado, su mirada ya no transmite ese afecto de antes.

- Deja de decir esas cosas, claro que me gusta estar contigo Tn- dice desesperado.

-Deja de engañarte Nicholas, esta relación esta en constante agonía, me canse de intentar revivirla.

- No la esta, deja de decir esas cosas -dice frustrado.

- Nicholas, ¿Cuando fue la ultima vez que salimos a una cita?

- Sabes que he estado ocupado con algunas grabaciones, pero podríamos tener una cita, si es por mi falta de tiempo yo -suspira- yo tratare de hacer tiempo en mi agenda.

- No es eso, Nicholas por fa- me interrumpe.

- ¡¿Entonces que es?!

Él suelta mis hombros y se aleja, mirándome con una expresión aún más frustrada que antes. Observo cómo pasa sus dedos por su cabello, y me quedo viéndolo, sintiendo una presión en el pecho. Tengo el impulso de gritarle y después llorar, con la esperanza de que eso repare nuestra relación y podamos regresar a lo que éramos antes. Anhelo que él me mire de nuevo con amor, que sus sonrisas encantadoras sean solo para mí, que sus chistes sean contados solo a mí. Deseo fervientemente regresar a aquellos días en los que me tomaba de la mano y me guiaba por Londres, mostrándome la ciudad y compartiendo todo lo que le encanta de ella.

Deseo tanto que me vuelva a convencer de quedarme en Londres con el

- Ya no es lo mismo.

- Claro que no es lo mismo, no somos las mismas personas, tu ya no tienes 22 y yo ya no tengo 23, ambos crecimos Tn -dice molesto.

- No solo me refiero a eso, era obvio que en algún momento íbamos a cambiar.

- ¿Entonces que te molesta?

- Esto -nos señalo- es sumamente monótono.

- Así son las relaciones de años- justifica.

- ¡Claro que no! siempre pueden haber cosas nuevas, pero entre nosotros no las hay, simplemente coexistimos con el otro.

- ¡Eso es una relación estable!

- ¡Si fuéramos una relación estable ya estaríamos comprometidos!

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