¡Hola! ¡Aquí joni! :p
Esta sección se me ocurrió pq sentí que había cosas bonitas y rescatables en esta historia que me gustaría decir :o
(Aunque todas mis historias siempre tienen cosas escondidas, pero esta es la primera en la q hablaré de ellas. :p)
Empecemoooooooos:
1. El contraste entre el trabajo de Roier y su comportamiento:
Roier era un chico huérfano que cayó en manos de un dueño de un bar, donde su principal forma de ganar dinero era la trata de blancas. Al ser solo un niño, su "padre" tenía el pensamiento de que no podía hacer algo tan ruin como obligarlo a trabajar, (aunque ya de por sí era un pendejo por lo que hacía con los que ya tenían edad) así que optó por criarlo y meterle ideas encaminadas a lo que haría, tal como sus "hermanos".
Su crianza, como era de esperarse, ni siquiera era la que un niño de su edad tenía, ni necesitaba. Era torpe, se le dificultaba aprender cosas nuevas y apenas pudo aprender a escribir y contar, pero operaciones complejas y la geografía no eran sus fuertes.
Eso sí, tenía una bonita caligrafía porque era el que se encargaba de la correspondencia de su padre y a veces le tocaba hacer de capturista, escribiendo a puño y letra las respuestas que él le dictaba. Una cosa buena entre todas las malas, jajaja.
A pesar de tener un trabajo pesado, no remunerado, y de alguna forma obligado porque creció con la idea de contribuir en el negocio con devoción, nunca había dejado de ser un niño, porque no tuvo la infancia feliz que hubiese deseado tener. No le faltaba nada, pero sí mucho amor de padres o hermanos, y creció solito como una plantita yendo a donde el viento lo acariciaba, por eso confiaba tanto en todos, ya no tenía nada que perder.
2. Roier y el mar:
Roier, a causa de la muerte de sus padres, desarrolló estrés postraumático.
Sus padres murieron porque eran pescadores en la zona, diferente playa, pero muy cerca una de la otra, así que él pudo ser testigo de lo que ocurrió, aunque no lo haya visto directamente.
Era una tarde lluviosa, una tormenta gigante que azotó el puerto y lo asustó mucho, (un ciclón, como el que se cuenta en la historia) y él asistió al puerto para esperarlos porque era lo que hacía todos los días.
Desafortunadamente la tormenta se salió de control y sus padres, en un intento desesperado por no perder su medio de sobrevivencia, se quedaron en el barco para no perderlo, siendo arrastrados más lejos cada vez hasta que todo se descontroló y bueno... pasaron cosas.
Roier se quedó en el puerto, mirando a todos los barcos pesqueros volver, familias reencontrándose y gente corriendo despavorida por la fuerza del oleaje, pero sus padres no volvieron y se quedó llorando bajo la lluvia en soledad, desarrollando amnesia y fobias específicas a las tormentas y al mar.
Ahí es donde su "padre" lo encontró, porque volvía de un viaje y detuvo el auto al verlo desamparado, un instinto paternal lo inundó, pero sabemos lo que pasa después.
3. Roier y sus fobias:
Le tenía miedo a las tormentas, relámpagos y vientos fuertes. Así que su única forma de recomponerse era envolverse en cobijas y almohadas para frenar su ansiedad. (El nido que dijeron que hizo)
También al mar, pero no recordaba por qué. La amnesia hizo su trabajo para evitar que sufriera más de lo que debía. Pero cuando el elotes estuvo en peligro olvidó todo el pánico porque lo reemplazó con el dolor de perder a quien amaba, y lo único coherente en su cabeza era ir para "ayudarlo".
