Tres

3.1K 163 30
                                    

Tom

Que chica tan interesante..A medida que iba caminando entre la oscuridad, no pude evitar sonreír inconscientemente al recordar todo lo sucedido hace un momento.

Y es que me parece incluso extraño el comportamiento de aquella chica, la forma en la que me gritaba y me empujaba intentando arrebatarme las cosas que había tomado, y que pudiendo llamar a su padre no lo hizo, me dejó con bastante confusión.

Sin mencionar la seguridad con la que me hablaba y su firmeza ante mi, como si no tuviera miedo en lo absoluto. Hasta me asustaba su actitud porque aunque lo niegue, esa chica puso cierto control en mi.

Manipulación, eso es.

Lo peor es que con la belleza que tiene, ¿quien podría negarle algo? ¿O hacerlo daño? Y claramente no soy capaz de llegar al extremo de tener que lastimar a alguien para tomar lo que no me pertenece, mucho menos a ella.

Por supuesto que no tengo remordimiento por haberme llevado esas prendas, pues sólo lo hago con quien tiene dinero de sobra, no sería capaz de tomar las cosas de alguien que tenga menos que yo. El punto es que todo pasó muy rápido y mi cuerpo duele después de tantos empujones y sacudidas de parte de ambos.

Solo quería descansar y después de haber caminado por unos veinte minutos, había llegado a lo que era nuestra casa, así le llamamos, porque aunque no sea de lo mejor, ni lo mas lujoso, era donde vivíamos y teníamos que aceptarlo.

Por fin llegué, joder.Respiré profundo, sacando las llaves para abrir la puerta, pues por la hora los chicos tendrían que estar durmiendo y no iba a molestarlos.

Una vez dentro de casa, cerré la puerta con cuidado a mi espalda, evitando que esta sonara fuerte y pudiera despertar a alguien.

Con mi mano libre encendí una de las bombillas y desvié la mirada al sofá. Sentí que el corazón iba a salirse de mi pecho tras dar tremendo salto de la impresión. Bill me miraba seriamente. Su mandíbula estaba tensa, su ojos estaban llenos de ojeras, tenía el pelo alborotado y se mantenía cruzado de brazos.

¡Caray Bill, que puto miedo!Solté un fuerte suspiro, posando ambas manos en mi pecho.¿Que haces despierto a estas horas?Reí inconscientemente por los nervios mientras me acercaba a él.

Su mirada pasó de una enojada, a una triste y les puedo asegurar que me hubiese dolido menos una puñalada. Tengo que confesar que a Bill no le gusta que haga esto, pero a veces no tengo opciones y me veo obligado a hacerlo.

¿Estabas robando otra vez, Tom?preguntó con decepción, agachando la mirada hasta el piso.¡Dime!Gritó, levantando la mirada nuevamente.

Era bastante obvia la respuesta, y aunque tal vez discutiríamos cómo todas las anteriores veces, tenía que hablarle con la verdad.

Lo peor de esta situación, es que siempre que salgo por la noche, Bill no puede dormir y durante no me ve llegar, no puede estar tranquilo.

Si Bill, si lo hice.Con firmeza respondí y este se paró del sofá, negando con la cabeza, notándose bastante molesto e indignado.

¿Hasta cuando con lo mismo Tom? ¡¿Que maldito tiempo más tengo que soportar esto?!Preguntó con un hilo de voz y nisiquiera pude verlo a los ojos.¿Porque haces esto?

You Stole My Heart | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora