Veintiocho

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Megan

Inmediatamente Mackenzie confesó todo, me sentí una total egoísta.

Después de haber leído todos y cada uno de sus mensajes, quedé realmente devastada. Mensajes donde Bill me rogaba que le contestara aunque sea las llamadas, donde me decía que me necesitaba y que estaba preocupado por Tom.

Con las manos temblorosas y mi rostro inundado de lágrimas, tomé mi teléfono para marcarles. Primero a Tom, luego a Bill.

Por favor, por favor... Contesten.Rogaba desde lo más profundo de mi ser que me contestaran, pero después de varios intentos fallidos, entendí que eso no pasaría.

Aún con mi rostro lleno de lágrimas, me lancé a la cama, donde lloré por horas. Ahora los entendía, entendía lo difícil que habría sido para ellos mi rechazo, mi ausencia, cuando se supone que estaría en todo momento.

Tenía miedo, si, miedo. Por más razones tuvieran para hacerlo, no quería que se alejaran de mi, no quería perderlos.

El ardor de mis ojos después de haber llorado tanto, me llevó a dormirme. Y aunque no conservé el sueño por mucho tiempo, ya me sentía mucho mejor.

Tomé mi teléfono y al no ver ningún mensaje o llamada de ellos, me decepcioné bastante. Inconscientemente mis ojos empezaron a humedecerse, las lágrimas no tardarían.

Fueron horas las que pasé frente a la pantalla, esperando con ansias por lo menos un mensaje. Tan solo quería saber si estaban bien, solo eso... Quizás tendría que aceptar la realidad, tendría que resignarme a perderlos.

Nada podría hacerme sentir mejor en estos momentos. Fue lo que pensé antes de que mi teléfono empezara a sonar y mis ojos se iluminaran después de haber visto su nombre en mi pantalla.

Cuando creía que todo estaba perdido, cuando pensé que ya no tendría sentido luchar, aparecía él y todo eso quedaba en el olvido. Sin hacer ningún esfuerzo, siendo simplemente él, el chico con linda sonrisa, el mismo que finge ser egoísta para ocultar el gran ser humano que es, me devolvía la felicidad.

Hola, muñeca...A pesar de lo mal que la había pasado, me sonrió.

H-hola Tom.Le sonreí devuelta, sin poder evitar las lágrimas que cayeron de mis ojos, por arrepentimiento, por la felicidad que me daba el volverlo a ver.

Megan, yo...

No tienes que explicarme nada Tom.Y era cierto, ya tenía todo bastante claro. Entre esas cosas, que no estaba dispuesta a perderlo otra vez.Perdóname cariño, por favor...

No hay nada que perdonar, mi princesa.A pesar de que susurró lo último, lo escuché perfectamente.Bueno, en realidad si.

¿E-en serio? Por más que intenté sonar normal, mi voz salió quebrada.

Si... No es muy divertido que nos hayas ignorado por tanto tiempo. Soltó un largo suspiro, agachando la mirada.Me preocupé. Pensé que te perdería para siempre.

You Stole My Heart | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora