Veintisiete

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Megan

Con bastante dificultad logramos pasar por la multitud de personas. Nos jalaron, sacudieron, hostigaron, pero eso no era lo peor de todo.

Ahora me encontraba confundida, Tom intentó decirme algo pero en ese entonces tuvimos que retirarnos. Por la expresión de su rostro, supe que no sería algo agradable, pero decidí ignorar ese pensamiento.

Es genial que hayamos salido vivos, ¿No?Bromeó Bill, limpiando algo de sudor de su frente. Quizás podría acostumbrarme.Dejó caer su cabeza hacia atrás, recostándose en el asiento.

Lo dices porque es su sueño, pero no es muy divertido que se lancen sobre ti y quieran violarte.Todos se giraron a verme por mi comentario, sonriendo.

Siempre y cuando sean chicas, no hay problemas.Esta vez habló Tom. La sonrisa desapareció de mi rostro y dejé un golpe discreto en su brazo.¡Aaah! ¡Es broma!Se quejó, sobando la parte afectada.

Iba a responderle, pero en ese preciso momento la pantalla de mi teléfono se iluminó. Bajé la mirada lentamente, me había llegado una imagen de un número desconocido. ¿Como rayos consiguieron mi número? No podía ser que...

Mi silencio confundió un poco a los chicos. Carraspee mi garganta y me hice a un lado para procurar que estos no verían nada. No lo hacía por nada malo, si no porque puede que sea algo privado.

¿Todo bien Meg?Preguntó Bill, haciendo intento de acercarse. Asentí con la cabeza sin mirarle, estaba muy concentrada en el teléfono.

Si, todo bie...Mis palabras quedaron cortadas, mi pecho comenzó a subir y bajar con rapidez, no podía creerlo. ¿De que valdrían las palabras? Si sus hechos lo contradecían. Estaba besándose con una chica y no pensó en el daño que podía causarme.

¿Muñeca...?El llamado de Tom me hizo levantar la mirada. Quería gritar, quería golpearlo, pero tan solo me limité a guardar silencio, conteniendo las lágrimas aunque sabía que no podría hacerlo por mucho tiempo.

D-David...Le llamé, por más que intenté, mi voz salió quebrada. ¿Podrían dejarme en mi casa? Es que... Se me presentó algo.Mentí. Ambos gemelos se miraron entre sí, cómo si se trajeran algo.

Megan, yo...Tom intentó tomar mis manos pero inmediatamente lo aparté. No quería tocarlo, no quería mirarlo. Déjame explicarte...¡¿Explicarme qué?!

Meg, no es lo que parece.¿También Bill?

¡No quiero escucharlos!Fue lo único que respondí antes de que un incómodo silencio se hiciera presente. Tan solo contaba los minutos para llegar a casa, lanzarme a mi cama y ahogarme en mis propios llantos.

Inmediatamente el auto se detuvo frente a mi casa, bajé sin nisiquiera mirarles. El agarre de Tom en mi brazo me hizo frenar. Conectamos miradas, sus ojos estaban cristalizados, arrepentimiento quizás.

S-suéltame Tom.Pedí, mi voz estaba quebrada.Suéltame o llamaré seguridad.Amenacé, nisiquiera yo entendía la frialdad que salió de mi pecho.

You Stole My Heart | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora