Treinta

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Megan

"Estaré presente en cada paso que den, cada ensayo, cada entrevista. No importa si tropiezan, ahí estaré."

Y así fue. En cada entrevista, cada sesión de fotos, cada ensayo, ahí estaba yo, apoyándolos, dándoles seguridad desde algún lado cuando se ponían nerviosos. Escuchándolos y aconsejándolos siempre y cuando era necesario.

Aún recordaba a la perfección su primer concierto, recuerdo haber estado convenciendo a Bill de que todo saldría bien, de que eran profesionales en lo que hacían y que si tantas personas habían venido a verlos tocar, era porque también lo consideraban así.

Recuerdo haber quedado sin voz después de haber estado gritando durante todo el concierto, la cantidad de lágrimas que salieron de mi rostro después de que cantaran "Spring nicht No saltes." Pues sabía muy bien en qué se habían inspirado para aquella canción.

Y ni mencionar aquel día donde soñé con semejante escena con Tom, porque los chicos duraron toda una semana recordándomelo, porque si, habían escuchado todo y quería morir de vergüenza.

Aunque a estas alturas no me molestaba, de hecho, me parecía bastante gracioso. Pero con el pase de los días, fue quedando olvidado debido a todo el trabajo acumulado que tenían los chicos por el apoyo que estaban recibiendo.

Si tenían trabajo, también lo tenía yo, porque aunque no era profesional maquillando, había mejorado mucho y estaba dispuesta a continuar haciéndolo. Y bueno, por el hecho de ser novia de Tom y también formar parte del equipo, tenía que estar con ellos en todo momento.

Y aunque me llovió mucho odio por parte de las fans de Tom, no fue impedimento para continuar llevando a cabo nuestra relación. Recuerdo haberle sugerido a Tom que fingiéramos que no éramos nada, pero este se negó y dejó en claro que por mas odio nos lloviera, no iba a alejarse de mi. De hecho, nisiquiera nos cuidábamos de las cámaras. Actuábamos cómo parejas normales donde quiera que estuviéramos.

¿Que puedo decir de mi padre? Nisiquiera estaba enterado de nada porque yo misma me había encargado de que fuera así. Únicamente sabía que estaba tomando prácticas para conseguir un buen trabajo, y aunque se enojó bastante por mi insistencia, terminó aceptando.

Pero realidad es que, me tenía preocupada el saber que no podría ocultarle la relación que llevaba con los chicos por mucho tiempo. Y más con el hecho de que los acompañaba a todos lados.

Por supuesto que los chicos sabían que estaba preocupada por ello e incluso me sugirieron que nos mudáramos todos juntos para pagar mi carrera cómo estilista. Parecía buena idea, pero me negué. No iba a permitir que tomaran esa responsabilidad. Bill quería pagarme por lo que hacía por él para que no me sintiera en deuda con ninguno, pero tampoco acepté.

Hoy no era la excepción. Por segunda vez acompañaba a los chicos al concierto pero la diferencia es que, en vez de estar dentro del público, me encontraba en el camerino para ayudarles con los cambios de atuendos y el maquillaje de Bill cuando era necesario retocar.

Después de más de dos horas escuchando los gritos desenfrenados de los fans mientras los chicos tocaban, por la cámara pude ver cómo Bill se despedía para finalmente dar la espalda y salir del escenario.

Dejé todo lo que estaba haciendo de lado y corrí hasta fuera para encontrarlos. Nisiquiera me importó el que estén pegajosos por el sudor, el caso es que los abracé y sacudí hasta el cansancio.

You Stole My Heart | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora