Doce

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Megan

Después de una noche llena de estrés, haciendo las tareas retrasadas y escuchando las voces de mi padre mientras discutía por llamada, por fin hubiese amanecido y tenía que ir al colegio. La alarma comenzó a sonar, gruñí con molestia antes de proceder a apagarla.

Froté mis ojos para intentar abrirlos y una vez que lo conseguí, me levanté y a pasos torpes me fui a duchar. Con bastante rapidez desayuné, me despedí de mi padre y me dirigí hasta afuera seguida de Renato.

A pesar de qué el camino fue algo tranquilo, no pude evitar sentir nervios por los constantes pensamientos que me invadían. Aunque soy una chica bastante productiva y siempre he sabido salir a camino, tengo que admitir que estoy estresada por todos los preparativos que conlleva la graduación, nisiquiera tenía pareja para ello, o al menos que... Y cambiando de tema, prometí ayudar a Tom y a sus amigos, no sé cómo, pero quiero brindarles mi apoyo y haré lo que esté a mi alcance por ellos.

Señorita, ya hemos llegado.La voz de Renato me sacó de mi trance. Decidí mirar por la ventana y efectivamente estábamos al frente del colegio.

Por supuesto, muchas gracias Renato.Agradecí con cierta desconfianza en mi voz, para proceder a bajar lentamente del auto y cerrar la puerta del mismo.

Me mantuve intacta en mi lugar, viendo cómo se perdía entre las calles de la ciudad y sabiendo que estaría aquí a la hora de mi salida.

Suspiré con algo de cansancio, me di la vuelta y comencé a caminar hasta la puerta que da paso al colegio. Mi cara cambió de un momento a otro después de haber visto a Mackenzie, me estaba esperando y traía cara de culo. Supuse que quería regañarme pero no estaba de humor para esto.

Una vez cerca de ella, la miré de reojo y antes de que pudiera hablar le interrumpí.

Si vas a hablarme de Tom, su hermano o el idiota de Andy, ahórrate tu comentario, por favor.

Esta abrió la boca con sorpresa y finalmente simuló ponerse un zíper. Le brindé una sonrisa forzada y ambas comenzamos a caminar hasta el salón de clases. Ninguna nos atrevimos a decir nada en el transcurso del tiempo. Claro que me siento un poco mal, nuestra relación no ha sido la misma desde hace días, desde el día que empecé a contarle sobre Tom para ser específica.

Una vez que estuvimos en la puerta que daba paso al aula, ambas entramos en silencio, ya que la clase hubiese comenzado.

Con un cuidado extremo nos sentamos en nuestras sillas y empezamos a sacar los cuadernos correspondientes. Las palabras de la profesora me hicieron prestarle atención.

...Bien chicos, ya qué estamos claros en esa parte, tengo que recordarles que deben buscar sus parejas con tiempo. Y cambiando de tema, hoy tenemos de regreso a su compañero, Andy Weber.

Mackenzie y yo volteamos a vernos con seriedad. Luego busqué con la mirada en todo mi alrededor y efectivamente en una de las esquinas se encontraba Andy.

Por supuesto que lucía diferente, se veía pálido y algo flaco. Su mirada se encontró con la mía y a través de sus ojos pude ver el odio que trasmitía hacia mi. Me vi obligada a tragar en seco al recordar todo lo que me dijo Tom. ¿Y si Andy pensaba que yo tuve que ver en esto? ¿Intentará echarme la culpa? No lo sé, pero no quiero ni pensarlo.

You Stole My Heart | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora