You Stole My Heart | Tom kaulitz

Veinte

Megan

Después de un día lleno de cansancio por todas las tareas y actividades que tuvimos que realizar en el colegio, por fin me encontraba descansando en mi cómoda cama.

Aunque mi felicidad duró poco, porque minutos después fueron tocando mi puerta. Era Leticia y insistía en que mi padre quería verme.

Bufé con molestia y me paré de la cama para ir con él, y por supuesto, sintiéndome un poco extrañada, pues en estos últimos días no nos hemos estado comunicando mucho, y el hecho de quiera hablarme porque según es muy "importante", me confunde un poco.

Efectivamente mi padre se encontraba en la sala y al notar mi presencia, posó la mirada en mi. Procedí a tomar asiento justo al frente de él, manteniéndome de brazos cruzados, dando a notar mi incomodidad a través de dicha acción.

— ¿Y bien?—Pregunté con un tono de voz molesto, manteniendo una ceja alzada. Este soltó un largo suspiro y agachó la mirada, notándose algo triste e indeciso. Me confundí aún más ante su acción.

— Cariño, no sé cómo decírtelo.—Bufó, levantando la mirada para verme a los ojos.—Antes que nada, quiero que sepas que no lo hago por decisión propia.

— Ve al punto. —Me limité a decir, manteniendo mi mirada firme en él. Este llevó una de sus manos a su frente y empezó a frotarse seguidamente.

— Megan, tengo que salir del país por dos meses por motivos de trabajo.

— ¡¿En serio?!—Grité con emoción, parándome de mi asiento. Este frunció el entrecejo e inmediatamente la sonrisa desapareció de mi rostro y tomé asiento nuevamente, luciendo algo más calmada. —Es decir.. ¿En serio vas a dejarme sola?—Esta vez usé un tono de voz triste.

Este me miró extrañado por un par de segundos, pero finalmente se expresión volvió a la anterior. Fue un gran alivio para mi.

— Sé que casi no compartimos tiempo juntos y que para ti es muy importante mi presencia en la graduación, pero prometo que estaré aquí para esa fecha.—Terminó de hablar, brindándome una pequeña sonrisa.

— ¡Si si, genial! ¡Eres el mejor, padre! Tu tranquilo, entiendo perfectamente.—Agité mi mano en el aire, restándole importancia.—Además, Leticia y los demás estarán pendientes de mí.

— Si, tienes razón cariño. Sé que cuidarán muy bien de ti, y por supuesto, vas a portarte bien.

— ¡Que tengas buen viaje padre!—Me paré de mi asiento y prácticamente me aventé hacia a él para dejarle un beso en la frente.

Una vez que me aparté de él, este me miró extrañado por mi actitud, pero luego le restó importancia y sonrió, quizás pensando que estaba así de feliz porque lo tendría de regreso para mi graduación, cuando en realidad lo estaba porque era justo el tiempo que había acordado con los chicos para los ensayos, y aún mejor, que ahora podría ir con ellos sin que mi padre sea una preocupación.

Las horas pasaron bastante rápido y mi padre ya había partido a su destino.

Reí inconscientemente al recodar el drama que hice. Por supuesto que estaba muy feliz, pero tuve que disimular y solté una que otra lágrima de cocodrilo, pero inmediatamente este dió la espalda, una enorme sonrisa se formó en mi rostro y corrí dentro de casa para alistarme.