You Stole My Heart | Tom kaulitz

Dieciocho

Después del incómodo momento que ambos chicos pasaron dentro de casa, decidieron salir al jardín para tener más privacidad.

Tan solo el silencio y la tristeza que transmitan los ojos de Bill en estos momentos, eran más que suficientes para que Megan se sintiera terriblemente mal.

— Oye Bill...—Llamó su atención, usando un tono de voz triste.— No tienes porqué hablar de esto si no te sientes cómodo.

— No, nada de eso Megan, no quiero seguir ocultándolo más.—Respondió, brindándole una pequeña sonrisa forzada.

— Bill, entiendo que para ustedes sigo siendo una extraña y no tienen porqué darme explicaciones de sus vidas, pero... ¿Porqué no tuvieron la confianza de decirme que tienen una banda?

— Teníamos.—Corrigió.—Eso fue hace 5 años, y créeme, no es algo que nos traiga bonitos recuerdos.

— Es una lástima.—Habló, manteniéndose cabizbaja.—Es decir, se veían muy felices. ¿Tan mal les fue?—Preguntó, levantando la cabeza para encontrarse con el rostro de Bill, el cual se mantenía sin ningún tipo de expresión.

— Quizás en un tiempo si lo fuimos.—Se alzó de hombros, a la par que soltó una risa sarcástica.—La música es algo que amábamos porque de cierto modo nos mantenía unidos, pero a la misma vez... Siento que nos trajo desgracia.

— ¿A que te refieres con eso?—Preguntó y pudo ver cómo Bill agachó la mirada, manteniéndose en completo silencio por unos segundos.

— Megan... Esto nos llevará mucho tiempo. ¿Te parece si nos sentamos?— Casi con susurro preguntó y Megan asintió repetidas veces con la cabeza.

Ambos chicos tomaron asiento en el pasto, Bill respiró hondo y comenzó a contarle todo desde el principio hasta el final.

Cada palabra que salía de sus labios dolía más que la anterior. Su voz se quebraba constantemente y su rostro estaba empapado de lágrimas, reflejando a través de ellas, dolor, sufrimiento y posiblemente traumas que sigue sin superar.

Megan se limitó a sollozar, pero manteniéndose atenta a cada palabra que salía de la boca de su amigo, sintiéndose terriblemente mal por lo injusta que había sido la vida con ellos a pesar de que no lo merecían.

La música es algo que él amaba, también los demás chicos, pero eso no quitaba el hecho de qué cada vez que hablan sobre ello, Bill recordara todo lo que han tenido que sufrir.

Las constantes burlas y las depresiones que tuvo que combatir después de que las personas lo juzgaran y lo señalaran cómo si de un monstruo se tratase, apagando así poco a poco la bonita vibra que trasmitía, convirtiéndose de cierto modo en una persona vacía e insegura que ni siquiera era capaz de salir de su habitación.

Tanto en la escuela, cómo en su casa y el exterior, se habían encargado de hacer la vida de Bill una mierda, porque a pesar de que su hermano gemelo también era atacado, Bill era el que se llevaba la peor parte todo el tiempo, y cuando creía haber superado un trauma por las constantes burlas hacia su físico y estilo, alguien terminaba abriendo esa herida nuevamente.

«Flashbacks, 2003»

Los gemelos salieron con algo de inseguridad del auto de su padre, quien después de haberlos dejado en la entrada de la escuela, desapareció por completo en la carretera.