Uno

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Septiembre de 2008, Leipzig, Alemania.

¡Por Dios! Muero lentamente con las ocurrencias de estos.Carcajeé fuertemente y al recordar que mi padre estaba al lado de mi habitación, tapé mi boca con ambas manos.

Son las 12:30 am y estoy riéndome como loca por una escena que me pareció bastante graciosa en la historia que leía. Aunque pareciera que no, hoy es un día más luchando con mi problema del sueño.

La cama está extremadamente cómoda, las sabanas calientes arropan mi cuerpo y la pijama aparte de ser fresca, es cómoda. Razón por la cual nisiquiera debería tener problemas con el sueño.

Como siempre, en mi mano derecha tengo el teléfono, se ha vuelto costumbre leer historias en Wattpad antes de dormir. Y realmente nisiquiera me molesta, al contrario, para mi es un entretenimiento, ya que mi padre siempre está por su lado y yo por el mío.

¡Megan a dormir! ¡Estas no son horas para que una niña de dieciséis años esté despierta!

Podría pasar cuatro horas leyendo sin problemas, pero la voz de mi padre regañándome por estar despierta tan tarde, me obligó a guardar el teléfono para intentar dormir.

¡Lo siento papá! ¡Ya me duermo!Grité devuelta.

Cerré los ojos y moví mi cuerpo de un lado a otro, intentando tomar una buena posición. Me arropaba, me desarropaba y sentí que pasaron las horas y nada, al contrario de mi papá, quién dormía profundamente. Lo supe porque desde mi habitación escuchaba los ronquidos.

Momentos más tarde, por fin me sentía cómoda para dormir, pero fue cuando en ese entonces un golpe en la ventana hizo que me exaltara y me vi obligada a sentarme sobre la cama.

¿Papá?Pregunté con cierta confusión en mi voz. No obtuve respuestas de su parte, me pareció bastante extraño y tampoco creía que mi papá estuviera despierto a estas horas.

Tragué en seco, un tanto nerviosa al caer en cuenta de que esto era serio. Respiré profundo y a pasos torpes empecé a caminar hasta la bombilla para encenderla.

¡Oye! Con la voz temblorosa conseguí hablar, mientras caminaba lentamente.¡Sea quien seas, quiero que me dejes en paz!

Mi respiración cada vez era más pesada, tenía miedo de que pudiera salir lastimada pero dicen que el que no arriesga no gana, por lo que no perdí tiempo y con la mano temblorosa logré encender la bombilla.

Apreté los ojos con fuerzas, peleando conmigo misma, pensando si era buena idea abrirlos. De momento comencé a escuchar pasos a mi alrededor, me sentía observada, acorralada. Sentí que el alma saldría de mi cuerpo en ese momento.

Ya no quedaba más opción, tomé una bocanada de aire, lista para enfrentarme a lo que sea que me estuviera molestando. Abrí los ojos y ahí fue cuando los nervios se apoderaron de mi cuerpo.

Un hombre enmascarado estaba parado frente a mi, escaneándome con la mirada, manteniendo un silencio total.

Los nervios tan grandes que sentía me quitaron el habla y solo me concentré en escanearlo con la mirada. Era alto, su ropa era bastante ancha, y por sus hombros caía su pelo, que por cierto estaba peinado de una forma extraña.

You Stole My Heart | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora