Ella:Definitivamente creía que este día no me podía ir peor, pero lo fue. Hoy nos íbamos, así que tuvimos que empacar todo e ir hacia el aeropuerto, pero desgraciadamente, una de las parejas del elenco se habían quedado dormidas y tuvimos que volver a buscarlas. Les reprocharon todo y el director quedó con un mal humor peor que el de una chica con su periodo y hambre.
Segundo, que en el momento de guardar las valijas en la Trafic, alguien que también se iba, se confundió de valija y se terminó llevando la mía. Así que el lío se duplicó, tuvimos que salir casi corriendo a esta persona para explicarle que esa no era su equipaje, a lo que primero se asustó pensando que le queríamos robar, después nos trató de locos, y cuándo por fin decidió abrir la valija ahí recién me pidió disculpas y nos la devolvió.
Y por último, quise hablar con Mateo pero este decidió evitarme todo el santo día. Cada vez que me acercaba se iba a hablar con otra persona o nunca lo encontraba desocupado y eso realmente aumentaba mi curiosidad sobre aquella extraña llamada que tuvieron Bautista y él.
Cuando llegamos por fin al aeropuerto, hicimos todo el papeleo de nuevo, y pudimos abordar el avión sin tanta espera cómo antes. Esta vez me había tocado con una anciana. Busqué con la mirada a Mateo, pero no lo vi y sentí una desilusión. Me percaté de lo extraño y repentinos que eran esos sentimientos hacia alguien que apenas conocía, así que decidí despejar la mente de ese boludo y dejar de dar vueltas con el tema de la llamada. Solo tenía que ignorarlo y arreglar las cosas con Bautista.
Estaba durmiendo tranquila cuando sentí como el avión comenzó a moverse de manera inusual, parecían turbulencias. Abrí los ojos, y vi a la gente algo agitada, seguían sentadas en sus asientos pero sus caras expresaban una gran desesperación y los mareos llegaron. Corrí hasta el baño, en cualquier momento largaba todo, casi rompo la puerta al ver que estaba ocupado.
—Podés apurarte—Pedí impaciente al ver que la persona dentro no salía más...
— ¡Pará flaca!—escuché que decían del otro lado.
La puerta se abrió y era nada más ni menos que Mateo.
—Hola—dije y olvidé el tema de las náuseas, ignorarlo, no darle más vueltas al tema etc. Estaba ahí, justo en frente e iba a aprovechar el momento.
—Hola, apareciste.—saludó secamente y rebajándome. Parecía que le gustaba hacer eso.
—Nunca desaparecí—una sacudida que pegó el avión hizo que de la nada, me caiga sobre Mateo, dentro del baño. Eso aumentó mis ganas de vomitar.
—Uhh, ¿estás bien?—Trató de moverme ayudándome a levantarme desde los codos.
—Sí, pero...—lo aparté y largué todo en el inodoro, y que eso caiga donde Dios quiera. Sentí cómo la garganta me ardía.
—Mmm, tan bien no estas, y sabías que hay bolsas para eso ¿no?
— ¿Te vas a quedar ahí solo para molestar o te vas a ir?— respondí irritada. No estaba de humor para sus chistes sarcásticos.
—Qué mala onda—Pude ver por el rabillo del ojo cómo se arrodilló a mi lado y me apartó mi pelo de la cara.
—Gracias—Terminé de escupir el mal gusto que me había quedado en la boca y me senté contra la pared del baño, al asintió con la cabeza y me dejó el baño.
El vuelo siguió su transcurso normal y luego de unas horas llegamos al aeropuerto. Luego nos quedaba una hora de viaje hasta mi ciudad y por fin llegaba a mi casa.
Agarré todas mis cosas y decidí encarar a Mateo que por alguna rara razón me seguía a todos lados. Me di vuelta y lo miré a los ojos.
— ¿Que pasó ayer con Bautista?—pregunté directamente.
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Vuelo Atrasado|| TRUENO
Teen FictionColo es una chica intrépida, que un día se topa con Mateo, un amigo con el cuál terminan conectados más de lo que creen, dónde él la ayuda a afrontar un suceso que va a cambiar por completo la vida de Colo. Juntos transcurren un año arduo y difícil...