ESPECIAL DE SAN VALENTÍN

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Holissss, aquí la autora, espero estén tod@s biennn.
Nada, tenía ganas de hacerles un mini especial con motivo a San Valentin (Sí, sé que ya estamos en marzo, pero x) para no pasarlo en blanco. Este extra es equivalente a las flores que les quería dar el 14, hihih. 🌼
También aprovechando para agradecerles a todos los que siguen acá a pesar de que a veces tardo un poco en actualizar, (ser adulto chiquito no está cool, no se dejen engañar ;'9 ) Muchas gracias por estar y comentar, de verdad que leerlos siempre me anima un montón.
Un abrazo grandote.

Pd: Recuerden que como es un especial no tiene secuencia con los anteriores capítulos, para que no estén perdid@s.

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El frío de la noche acariciaba tus mejillas, estaba oscuro, pero la luz de la luna iluminaba el camino en la carretera.

El ambiente era agradable, y a pesar de que te había tocado conducir después de una larga y agotante misión, te sentías afortunada de que tu compañero de viaje de regreso fuera Konig, pues al sentirte en  confianza con él, sabías que podías bajar la guardia. Tenías la pequeña sospecha de que eso no habían sido azares del destino, sino él amenazando al que de verdad le había tocado estar contigo  durante el viaje para que le cambiara el lugar.

Decidiste hacer la vista gorda por esa ocasión.

Refregaste tus ojos con tu mano libre, tratando de espantar el sueño mientras que con la otra seguías conduciendo tranquilamente el pesado camión de carga.

-¿Cambiamos? –preguntó Konig en el asiento de al lado.

Negaste con la cabeza en respuesta.

-Estoy bien, puedo aguantar un rato más.

-No fue lo que pregunté.

Lo miraste por un momento, se veía serio, reíste un poco.

-¿Tienes miedo de que nos estrellemos o algo?

-Tampoco dije eso -respondió haciendo una mueca tras la máscara-, sólo estoy aburrido de no hacer nada, déjame conducir un rato.

Lo miraste nuevamente, se veía aparentemente tranquilo, pero había algo en su mirada.

-Vale –cediste-, está bien.

Orillaste el camión, y antes de que el enmascarado se bajara pusiste una mano en su brazo para detenerlo.

-No es necesario que te bajes, sólo deslízate hacía acá. Yo te salto por encima.

El hombre pareció dudar un momento, pero sin decir nada asintió.

Levantaste el trasero para pasarle por encima en lo que se deslizaba al asiento del conductor, y no pudiste evitar notar como se tardó un par de segundos extras cuando se encontraba debajo de ti.

Te pusiste en el asiento del copiloto y lo miraste. Sin decir nada, empezó a arreglar el espejo y sus respectivas cosas para conducir cómodamente. Parecía sereno, pero podías ver en el bulto de su pantalón que no lo estaba. Sentiste como tu cara y orejas se calentaban.

Te aclaraste la garganta y te removiste en tu asiento, mientras arrancaba el camión. Asomaste la cara en la ventanilla abierta, para ver si el frío te calmaba un poco.

-Bonita noche ¿eh? –dijiste al aire, tratando de ignorar lo que acababas de ver y llenar el silencio que los rodeaba.

-Bonita tú –dijo en voz baja-, más bonita que la noche...

Te sorprendió ese comentario de repente, miraste a Konig nuevamente y tenía los brazos tensados al volante, no acostumbrado a hablar de esa manera.

-...Y que el día también –siguió.

König x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora