Pasaban los días y cada vez pasabas más tiempo en la enfermería. Era curioso, realmente nunca te habías detenido a pensar al respecto, pero la verdad, ese lugar era bastante importante para todo el escuadrón.
Claro, lo de estar faltando a algunos entrenamientos no te agradaba, pero la verdad es que te habías sorprendido a ti misma disfrutando del tiempo que pasabas ahí.
Era reconfortante sentir que ayudabas a tus compañeros cuando de verdad lo necesitaban, muchos llegaban en un estado de vulnerabilidad que nunca habías visto antes, en el campo de batalla, todos se esforzaban por parecer fuertes e indestructibles, pero la verdad es que todos no eran más que simples personas.
Estar ahí te hacía sentir bastante útil, y eso te hacía feliz.
-Corazón, cámbiale las vendas al de la camilla 4 ¿puedes? –te pidió Gloria mientras estaba ocupada cociendo la herida de un recluta que no dejaba de moverse y quejarse en voz alta- Oye, cállate la maldita boca y mantente quieto, me estás poniendo nerviosa.
Soltaste una pequeña carcajada y te encaminaste a ello. Era gracioso como una señora de avanzada edad, que se veía tan pequeña y tierna, podía hablar de esa manera.
-Con permiso, voy a cambiar tus vendas ¿está bien?
-Adelante hermosa, gracias.
El soldado que se encontraba en la cama asintió sonriente. Todo el mundo era muy amable contigo ahí, otra cosa que te agradaba bastante también.
Al que no le terminaba de agradar toda la situación era a Konig, quien se encontraba ahora regularmente espiando desde una de las ventanas de afuera de la enfermería.
Ya lo habían pillado varias veces, pero no le importaba, de sólo pensar que te encontrabas en ese lugar pasando tus manos por la piel de otros hombres deliberadamente lo volvía casi loco.
Se esforzaba por mantener un ojo en el área siempre que podía, cuando no lo enviaban a misiones o lo mantenían ocupado con otras cosas; por si en algún momento a alguno de esos hombres si quiera se les ocurría pasarse de listos o poner una mano sobre ti, iban a necesitar más que atención médica.El enmascarado se aseguraba de ponerse en un lugar en que pudieran notar su imponente presencia, para que supieran que los estaba observando, a ver si alguien se atrevía a hacer algo.
Cuando lo enviaban a misiones, su ansiedad se disparaba horriblemente, no podía dejar de pensar en ti rodeada de otras personas, otros hombres. Incluso si sabía que era por atenciones médicas, aborrecía la idea.
Había intentado ya incontablemente encontrar las palabras correctas para convencerte de dejar de ir ayudar a ese lugar, pero cuando veía tu cara de felicidad siempre que salías, y como le contabas lo que habías hecho en el día y aprendido, simplemente no se atrevía a pedírtelo.
Últimamente lo estaban mandando más a menudo a las mismas por lo que se sentía francamente mortificado, lo único que lo hacía sentir mejor, era en esos momentos en las noches, cuando no quedaba más que descansar un poco, Se turnaban entre compañeros, mientras unos dormían, seleccionaban a uno para que hiciera guardia.Konig siempre se ofrecía a hacer las guardias en la madrugada.
Cuando ya todos estaban profundamente dormidos, aprovechaba de sacar de uno de sus bolsillos ocultos su secreto, la ropa interior que te había roto la otra vez y había tomado sin que te dieras cuenta.
Era su pequeño tesoro secreto, lo único que le ayudaba a mantener la cordura en esas fastidiosas misiones que lo mantenían continuamente aleado de tí.
Se ponía en un lugar que elegía estratégicamente para que si alguno de sus compañeros despertaba, no lo verían fácilmente, se aflojaba el pantalón, y cerraba sus ojos; acto seguido, ponía tu prenda por debajo de su máscara e inspiraba tu olor.
Eso nunca fallaba para ponerlo automáticamente duro.
Empezaba a acariciar su parte, haciendo su mejor esfuerzo por no hacer ningún ruido y dejaba su mente correr.
Se imaginaba que estaba en el cuartel contigo, en su habitación; se imaginaba que te tenía toda para él, y que no te atreverías nunca a salir de la habitación sin él a su lado.
Te imaginaba sentada en su cara moviéndote rítmicamente mientras el sudor bajaba por tu espalda mientras tus armoniosos gemidos salían deliberadamente por tu boca, hasta el punto en que ni siquiera te preocupabas por fijarte que no lo estuvieras asfixiando con tu peso sobre su cara, porque estabas muy ocupada dejándote llevar por el cegante placer que sentías al sentir su lengua dentro de ti. Su lengua, su boca, su nariz, toda su cara, ya no reconocías qué era qué, solamente te centrabas en mover tus caderas rítmicamente para no dejar de sentir ese cosquilleo que llegaba hasta tu vientre.
Después se imaginaba como te quitaba de encima, sin dejarte terminar, y te obligaba a ponerte de rodillas, mientras se ponía frente a ti.
-¿Lo quieres? -imaginabas la escena diciéndole mientras acercaba su erecta parte a tu cara- Si lo quieres pídelo apropiadamente.
Casi podía oír como rogabas entre lloriqueos para que te diera lo que querías.
Solo pensar en eso era suficiente para hacerlo terminar ahí mismo, con un gemido ahogado, todo ese líquido caliente sobre su estomago regándose, su respiración agitada.
Abrió su boca y pasó su lengua por tu prenda, saboreando, aún sabía a ti.
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Holiss.
Espero estén bien, creo que está es la primera nota así que dejo acá, me siento un poco nerviosa jajaj.
La razón de esta es para dejarle saber que si me estoy tomando un poco más de tiempo del que suelo tomarme par actualizar es porque ando en exámenes en la uni y bueno :'v Les pido una disculpa, pero me estoy ahogando un poco entre eso, mi trabajo y otras responsabilidades. Sin embargo prometo esforzarme un montón por actualizar cada vez que tenga chance. Gracias por su paciencia ♡
Pd: AMO cuando me comentan un montón, aprecio mucho ese tipo de cosas, me hace sentir que tengo un montón de amig@s leyéndome. ♡ ♡
Pd2: Estaba pensando en ponerle un nombre a este fic, porque al principio no pensé al respecto ya que no pensé que nadie realmente iba a leerlo, fue algo más para diversión propia, pero ahora veo que si somos algunas personas :'v ¿Tienen alguna sugerencia?
L@s quiero un montón ♡
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König x lectora
Fiksi PenggemarLlevabas ya un tiempo compartiendo habitación con Konig, al principio la idea no te había convencido del todo, pues se suponía que la distribución de los compañeros de habitación no eran mixtas, pero al ver que el hombre no protestó en ningún moment...