EXTRA

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Holisss, espero estén bienn.

Oigan, este es otro cap extra, así que al igual que el anterior, no tiene secuencia con la historia original.

Ahora, quizás se pregunten ¿Por qué no he continuado con el hilo de la historia principal?
Bueno, lo que pasa es que, si se ponen a pensarlo, ¿estás mini historias o extras tienen algún valor para ayudar con el desarrollo de la historia principal?

Pues no.

PERO

¿Al menos ayudaran a entender cosas de la historia para facilidad de las lectoras?

Pues tampoco.

Siendo honesta sólo tenía ganas de escribir otro cap extra como el anterior, perdón xd.

También hubo alguien que me preguntó si podía escribir un cap en que T/n fuera la dominante, y me pareció interesante intentar, así que aquí va:

(Tomemos como base otra vez los sueños raros que tiene Konig por toda la medicación que le dieron cuando lo llevaron a la enfermería)

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Konig nunca había estado en una situación así antes, se sentía un poco fuera de lugar, pero el doloroso bulto atrapado en sus pantalones no mentía, no le desagradaba lo que estaba pasando.

Sus piernas dolían un poco, pues llevaba ya un largo rato arrodillado en el suelo. Pero la vista que tenía desde ese ángulo de ti, no lo dejaba quejarse.

Estabas sentada en un escritorio mirándolo desde arriba, con las piernas cruzadas y una sonrisa de lado.

-Acércate –le ordenaste. Konig hizo ademán de levantarse-. Pero no te pongas de pie, ven arrastrándote.

Konig sintió como se le calentaba las orejas, sin embargo obedeció, se arrastró a ti, lo más cercano al escritorio que pudo sin despegar las rodillas del suelo.

Desde ese lugar podía oler tu dulce aroma, sintió como su respiración se aceleró un poco, cambiaste la posición de tus piernas, poniendo encima la otra que antes estaba abajo, dándole por un momento acceso a sus ojos de ver tu ropa interior. Su erección cada vez más dolorosa en sus pantalones. Se removió incómodo.

Reíste un poco en voz baja al ver cómo te miraba desde abajo, expectante.

-Quítate la máscara.

Te miro por unos segundos, como dudando, pero acto seguido se la quitó. Te mordiste el labio al ver sus preciosas facciones.

Acercaste tu zapato a su cara y lo miraste. Asentiste en su dirección.

El hombre tomó tu pie con sus manos y procedió a darte un par de besos en la punta del zapato, empezaste a sentir como un calor subía a tu vientre.

-Qué buen chico. –susurraste sin dejar de sonreir.

Empujaste un poco su cara con tu zapato para que se detuviera y se apartara. Así lo hizo. Te quitaste los zapatos, te bajaste del escritorio y te acercaste a él.

Pegaste tu cuerpo al de él, su cara a la altura de tu vientre, porque a pesar de estar de rodillas, seguía siendo inmensamente grande. Enredaste tus dedos en su cabello y empezaste a acariciarlo, como si fuera un perrito.

-Qué lindo te ves –le susurraste sin dejar de acariciar su cabeza-. Tan  bien portado. Te mereces un premio.

Konig subió su mirada a ti, suplicante. Podías ver el bulto de su pantalón.

König x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora