libro y lo arrojó a la papelera. Pasó una página del libro de historia y comenzó a leer.
"¿Listo, Overstreet?" Preguntó el doctor Hager mientras entraba en la Sala de Honores, donde Knox Overstreet estaba una vez más estudiando las fotografías de antiguos estudiantes de Welton.
"Sí, señor. Gracias, señor", respondió mientras seguía al Dr. Hager hasta la camioneta "woody" de la escuela estacionada frente al edificio. Los colores cambiantes del otoño de Vermont quedaron atenuados por la oscuridad. "Es hermoso cuando los colores cambian, ¿no es así, Dr. Hager?" Knox preguntó con entusiasmo.
"¿Colores? Oh, sí", murmuró Hager mientras conducía el viejo carro hacia la laberíntica mansión donde vivía la distinguida familia Danburry.
"Gracias por el viaje, Dr. Hager", sonrió Knox. "Los Danburry dijeron que me traerían de regreso al nuevo campus.
"A más tardar a las nueve, muchacho", dijo solemnemente el viejo maestro.
Es
"Sí, señor." Se giró y caminó hasta la puerta de la gran casa colonial blanca y tocó el timbre. Una chica muy hermosa, tal vez un poco mayor que él y vestida con una falda corta de tenis, abrió la puerta.
b "Hola", dijo, sonriendo. Sus ojos azules brillaron suavemente.
Knox vaciló, mudo de asombro. "Ah... hola", dijo finalmente
