"Gordos machos negros en una sala de barriles de vino, Reyes de la casa de barriles, con los pies inestables, Se hundieron y se tambalearon y golpearon sobre la mesa, Golpearon un barril vacío con el mango de una escoba, Tan fuerte como pudieron, Boom, boom, BOOM, Con paraguas de seda y mango de escoba, Boomlay, boomlay, boomlay, BOOM.
ENTONCES tuve religión, ENTONCES tuve una visión. No podía apartarme de su deleite con la burla. ENTONCES VI AL CONGO, ARRASTRARSE POR LO NEGRO, CORTANDO EL BOSQUE CON UNA HUELLA DORADA.
Mientras Pitts continuaba leyendo, los niños quedaron fascinados por el ritmo convincente del poema. Bailaron y hicieron payasadas al ritmo, saltando y gritando. Sus gestos se volvieron cada vez más salvajes y ridículos y empezaron a hacer ruidos selváticos, golpeándose las piernas y la cabeza. Pitts continuó leyendo mientras Charlie conducía al grupo, bailando y aullando, fuera de la cueva hacia la noche.
Bailaron salvajemente en el bosque, balanceándose con los altos árboles y el aullante viento.
El fuego en la cueva se apagó y el bosque se volvió negro como boca de lobo. Los chicos dejaron de bailar y, tan pronto como lo hicieron, empezaron a temblar, en parte