Capítulo 13

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Lauren había quedado con Brad la misma tarde en que éste regresó a Miami.

A decir verdad, habia sido el chico quien le había propuesto verse cuanto antes en su casa.

La ojiverde se mordía el labio nerviosa mientras esperaba que su todavía novio le abriera la puerta.

En cuanto lo hizo, Lauren solo pudo divisar la enorme sonrisa de Brad, ya que el chico rapidamente la abrazó tan efusivamente que casi la levantó del suelo.

- ¡ Hola, bebé! ¡te he echado muchísimo de menos! exclamó para seguidamente buscar la cara de la Ojverde y besarla.-

Lauren reaccionó instintivamente al beso, para cuando fue consiente de la situación, ya se habían separado.

Brad, con una energía que desbordada, guió a su novia hasta el sofá, donde ambos se sentaron sin soltarse, y empezó a contarle lo increíbles que habían sido sus días en el pueblo.

También le pregunto a Lauren sobre su estancia en casa de Lucy, encargándose con la excusa de piropear su tono de piel.

- Estás guapísima, Cariño. aduló Brad, dejando varios besos cerca de la boca de la ojiverde, que mantenía una sonrisa forzada.

Lauren intentaba encontrar el momento de empezar a soltar la bomba, pero por más que se lo planteaba al final de cada
frase, no lo veía. Se estaba poniendo cada vez más nerviosa.

- Y, por supuesto, me he acordado tanto de ti que te tengo una sorpresita.

- ¿Una sorpresa? - Cuestiono Lauren y el chico asintió algo inquieto.

- Connor y yo hemos estado probando su nuevo programa de edición y me ha ayudado a hacer este corto para ti.

Brad colocó el portátil en la mesita y le dio play al video que había elaborado, mientras pasaba su mano por la cintura de la Ojiverde, acariciando su costado.

El corto consistía en cinco minutos de metraje en el que sucedían escenas antiguas de ella y Brad: abrazados,
besándose, riendo y caminando de la mano por Miami. Con la unica diferencia de que en los minutos finales, en vez de
pasear por las calles de su ciudad natal, el fondo era sustituido digitalmente con bastante poco acierto por la ciudad de New York.

- ¿Lo has entendido? - cuestiono Brad mirando a su Chica con un claro brillo en los ojos.

- No - contestó ella, perdidamente.

- ¡ Que me voy a New York contigo?

- ¿Cómo?

- Lo que oyes, mi amor. En Septiembre estamos tú y yo quemando la ciudad. ¡ Estoy tan Contento! - Exclamó el chico acercándose a dejar un largo beso en los labios de
Lauren, que permanecía en Shock -.

- Pero...

- Al final he convencido a connor, viviremos juntos él y yo. Así que no te preocupes que te dejaré tu espacio, como siempre.

- Ay, Brad - suspiró Lauren, bajando la vabeza -. Yo ...

- No hace falta que digas nada, amor. ¿Es que como me iba a separar yo de mi ojiverde? si yo ya no se vivir sin ti.

Brad agarró con suavidad las piernas de Lauren y las movio de tal manera que quedara sentada a horcajadas sobre él.

Lo que empezó siendo un sentido beso, se tornó en un tono caliente en cuanto el chico se deshizo de su camiseta.

- Brad ... - susurró Lauren en un intento por reaccionar.

- Te quiero, Lauren. Te Seguiría hasta el fin del mundo - le susurró con su mejor sonrisa mientras la ojiverde seguía en su mundo, tratando de reunir Coraje.

Brad posó sus manos sobre las mejillas de la Ojiverde y coló su lengua sin dificultad en la boca de Lauren, que se dejó, siguiéndole el juego como una autómata.

- Me moria de ganas de tenerte así. De hacer esto - Susurró contra el cuello de Lauren, llenandolo de besos húmedos mientras se deshacía de la Camiseta de su chica-.

Y pasó. En ese momento Lauren olvidó totalmente el propósito con el que llegó a la cita, o hizo por olvidarlo, y se rindió a las tan conocidas varicias de su novio, que se encargó sin saberlo de cubrir con sus huellas las
caricias que cierta morena había dejado en el alma y la piel de la ojiverde.

- Nunca te contesté a las llamadas ni a los mensajes porque tarde menos de media hora en romper nuestra promesa - confesó Lauren, sin poder mirar a los ojos a la Camila del presente -. Le iba a dejar y acabamos follando sin condón, Camila.

-¿Sabes? en todos estos años, cuando pensaba en tí, una parte de mí siempre guardaba la esperanza de que hubiera alguna razón de peso, cualquier explicación logica en la que no me traicionabas. Pero no. La verdad es tan
simpre y cruel como parecía.

- Lo siento...

- Te esperé tanto. Creí tanto en ti, en que ibas a aparecer en cualquier momento para decirme que, no sé, que perdiste mi número, que te había pasado algo, cualquier cosa...

- Camila...

De un momento a otro dejaste de hablarme, de contestar mis llamadas. Te borraste del mapa.

- No tuve valor de hablar contigo. Me aterraba. No sabía que carajos decirte. Acabé Cambiando de teléfono solo para dejar de ver "Karla"en la pantalla porque me destrozaba saber que tú no te rendías y yo ya había metido la pata
hasta el fondo - admitió Lauren.

- Yo te juro que gasté tu número, no me cansaba de escuchar tu puta voz en el contestador. Por que no podía ser. Porque las dos dijimos que lo teníamos claro. Las dos.

- Camila, yo... - empezó Lauren sin fuerzas, pero se quedó sin saber qué decir, la mirada dura de la morena la había dejado fuera de juego.

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Regresamos al presente, espero que lo esten disfrutando.

Karla MichellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora