parte 22

51 8 9
                                    

Buenos Aires, viernes 6 de febrero del 2009

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Buenos Aires, viernes 6 de febrero del 2009

Asia

Estoy alistandome para esta noche. Accedí a ir al cumple de Sabrina, solo porque quiero que Pato salga de la casa.

—¿Que te parece este monito? —consulto mostrándole la prenda a Pato.

Él está acostado en la cama observando el mono largo negro con tiras.

—A vos todo te queda hermoso —comenta sonriente.

Le devolví la sonrisa y me dispuse a elegir lo demás para mí vestimenta. Estoy con la toalla envuelta porque acabo de salir del baño. Pato me mira y hace caras, ya puedo intuir lo que está pensando, debe querer curtir, pero hoy no se lo voy a conceder, no tengo ganas.

Estos días con Pato, todo mejoro, el volvió a tocar la guitarra y yo a cantar. Componemos juntos mientras nos divertimos. Aunque lo sigo mirando desganado, falta lograr que salga más y no se la pase acostado.

Me coloco unas sandalias crema, mí collar que siempre uso y una pulsera. Deje mí pelo suelto, me maquille poco, con rimel y un labial rojo. Por su parte Pato, se colocó un jeans azul, una musculosa negra y sus borcegos; me encanta como se le resaltan los brazos, se ve tan atractivo.

—¿Van conocidos? —pregunto al subir al auto.

—Mis amigos van, Facundo y Gonzalo, los otros no pueden —explica.

Durante el camino, hablábamos mientras escuchábamos soda stereo. Fue un viaje de veinte minutos hasta Vicente López. Llegamos a una casa con gran patio y portones de hierro negro, todo cerrado; la fachada de la casa denota la buena posición económica de Sabrina, aunque vive con sus padres. Por lo que se ella se recibió de administradora de empresas y trabaja en la empresa de su papá.

—Hola, feliz cumple —comento cuando nos abre, tratando de sonar amable.

Pato la saluda con un abrazo y le entrega el regalo que compre. Elegí un bolso pequeño que seguro use mucho, aunque si es por mí no le hubiera dado nada.
La observo que está sonriente, lleva un vestido negro corto con escote profundo; mucho para mí gusto. Un maquillaje muy cargado y unos tacos plateados.

Pasamos a su patio y nos acomodamos en una de las sillas junto los amigos de Pato. El lugar está decorado con muchas luces, hay un parlante gigante en el que suena musica de moda.

—¿Querés bombón? —pregunta Pato ofreciéndome su copa de vino.

—Primero voy a comer —anuncio—. No te la puedo creer —digo de golpe.

Pato mira confundido y yo quedo tiesa al ver qué acaba de llegar Mariana, mí ex amiga. La tengo al frente abrazando a Sabrina; se la ve igual en cuanto a físico, pero ahora viste con colores vibrantes. Lleva un vestido fucsia corto y borcegos negros.
Observo que dirige la mirada hacia nosotros y Sabri, le hace unas señas para luego ambas acercarse. En este momento siento muchas emociones juntas, no esperaba que llegue este día de reencontrarnos. Mariana fue una gran amiga, pero termino dañándome mucho, no se si estoy lista para enfrentarla.

Todo lo que fue ➞ Patricio Sardelli - AirbagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora