parte 24

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Buenos Aires, domingo 15 de febrero del 2009

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Buenos Aires, domingo 15 de febrero del 2009

Asia

Me encuentro en una cafetería de Martínez, no es mí lugar de siempre pero tiene un ambiente cálido con fachada antigua. Además la música como de los años veinte y el olor a café exquisito, te tientan a visitarlo.

Ayer, por ser San Valentín, Pato me regalo un día de picnic sorpresa; fuimos almorzar en una reserva ecológica cerca de nuestra casa. Por mi parte le obsequie una cena en un restaurante, trate de buscar uno barato y simple porque no tenemos tanta plata. No somos tanto de las festividades ni creer en San Valentín, sin embargo es una excusa buena para obligarnos hacer algo especial.   
  
En este momento, estoy charlado con Tina, desde aquella cena en mí casa, hace tres días atrás, han surgido más salidas. Me propuso varias ideas de salidas, así que esta es la primera de muchas.

—¿Y vos festejaste tus quince? —pregunta alegre.

—Sí, fue muy lindo. No fui rebelde como vos, yo quería lo típico a excepción de que use vestido negro —comento y río.

—Yo igual. ¿Bailaste el vals y esas cosas?

Recuerdo aquellos momentos practicando con Pato, era tan torpe pero me había prometido que bailaría conmigo, que haría una excepción por ser mis quinces. Durante los ensayos nos reíamos tanto de las caídas y pisadas. Por suerte esa noche lo hizo muy bien.

—Sí, encima le obligue a Pato también.

—¿Ya eran novios ahí? —consulta intrigada.

—Eramos mejores amigos, pero ya me estaba conquistando —digo y sonrió enamorada al recordar.

Es imposible no volver a sentir los sentimientos de aquel momento al recordar, y más. Esa vez me daba ternura mezclado con alegría, ahora enamora aún más. v 

—Seguro fue muy romántico, ¿o no?

—Re, te cuento si querés todo —Ella asintió y yo comencé a relatar mientras recordaba todo.

«Pasado»

Las cosas con Pato iban muy bien, más allá la mejora en nuestra relación, debido a los detalles de él, lo que también estaba mejorando era nuestra carrera musical, durante abril, tocamos casi todos los finde. Siempre nos acompañábamos mutuamente, yo iba a sus recis y Pato a mis presentaciones.
   
Estábamos a fines de mayo, era mí cumpleaños de quince. Cómo caía un martes, mis papás decidieron que me lo harían después. Elegí que fuera la semana siguiente, ya que, ese finde, era el quince de Mariana.
Esa mañana, falte al colegio para disfrutar mí día. Fui a desayunar junto con mí abuela, al mediodía invite a Pato y Mariana a comer, por último en la noche cenaría en un restaurante en capital.

—Muero de hambre, ¿hace falta esperar a tu garrapato? —pregunta Mariana, burlándose de mí.

Le había puesto ese apodo a Pato, porque decía que vivía pegado a mí, cual garrapata a un perro. Yo reía de sus ocurrencias, porque en cierto punto no se equivocaba, estaba todo el tiempo abrazada a Pato.

Todo lo que fue ➞ Patricio Sardelli - AirbagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora