parte 29

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Buenos Aires, jueves 26 de febrero del 2009

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Buenos Aires, jueves 26 de febrero del 2009

Patricio

La presencia del médico, trajo consigo el alivio a la espera, pero el miedo al resultado. Todos estamos deseando que anuncie el bien de Margaritte, porque de lo contrario se avecinaría una gran tormenta.

—La operación ha salido con éxito. La paciente estará en observación por sepsis, pero ya está estable —anuncia el médico.

Puedo notar la emoción de Asia, al ver como salta en el lugar con una gran sonrisa. Sé que para ella su abuela es muy importante, no debe querer perderla ahora que la recuperó.  

—¡Salió todo bien! —comenta con tono de emoción mirándome fijo.

—Sí, bombón, ya no tenés que preocuparte —digo dulce mirándole fijo.

Ella me abraza con mucha emoción y luego besa mis labios.

El médico nos dio diez minutos para que pudiéramos entrar todos a saludar. Elegimos pasar en tandas. Primero los hijos, después Asia conmigo y por último pasarán Ana con los nietos.

Llega nuestro turno. Asia entra con cuidado. Su abuela, desde la cama en la cual está yaciendo, nos observa con una leve sonrisa.

—No te muevas ni hagas esfuerzo, grand-mère, voy a abrazarte.

Asia se acerca para abrazar fuerte a su abuela. Ambas derramaron unas lágrimas. Yo desde lejos observo con ternura la situación, luego me acerco y le abrazamos entre los dos.

—Petite-fille, me hace muy feliz verte. Espero recuperarme pronto para que tengamos mejores encuentros.

Ambos saludamos con un abrazo a Margaritte y luego nos despedimos. Fue corta la charla, más que nada era para que la abuela viera que están presentes todos los que la quieren.

★★★

Volvimos a casa junto a Patricia. Ya está atardeciendo. Fueron horas en el hospital, pero ya estamos tranquilos y con ganas de festejar.

—Recién me llamó Tina —anuncia Asia, acomodándose frente a mí para tomar mate.

—¡Qué bueno! —digo sonriente—. ¿Querés que prepare alguna comida en especial?

—Voy a ver qué quiere mi tía...

Asia se está por levantar, pero justo llega la tía con una sonrisa. Seguro ya le dio las buenas noticias a su marido, que a distancia esperaba un resultado positivo. 

—Ya hablé con Jorge para darle las buenas nuevas. Por otro lado, tu mamá llamó para avisar que hará una cena en su casa —comenta alegre Patricia.

Veo la incomodidad de Asia, ya intuyo a qué se debe, así que actuaré rápido para hacerla zafar.

—Bien... ¿Vas a querer ir a pesar de tu dolor de estómago? —pregunto mirándola a Asia.

Todo lo que fue ➞ Patricio Sardelli - AirbagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora