Una noche basto para que la perfecta vida de Asia se convierta en un completo infierno. Ahora, ¿cómo seguir tras perder todo?, solo queda aguantar.
Entre medio de tanto caos su relación con Patricio, busca resurgir como una flor marchita, intentand...
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Buenos aires, jueves 4 de diciembre del 2008.
Patricio
A veces lo días con Asia, se vuelven complicados. Cuando esta de malhumor, y no se esfuerza por cambiarlo, me hace cansar. Sin embargo, no puedo imaginar un día sin su presencia, por eso me hace tan mal escucharla que no quiere vivir. Me encanta su dulce voz, incluso cuando solo la usa para reprocharme; disfruto de los besos fugases, que siempre me dejan con ganas de más, pero sobre todo me encanta embriagarme con el olor a coco de su cuerpo.
Acabo de llegar a nuestro estudio en Palermo, hoy quedamos con mis hermanos ensayar para nuestro próximo recital. No somos mucho de ensayar pero tenemos temas nuevos que practicar. Con mis hermanos tenemos una relación muy linda, ya conocemos como reacciona el otro y tenemos nuestras tácticas para no matarnos y poder seguir triunfando con la banda. Desde los años 99, que empezamos tocando covers, haciendo cosas amateur. Por mi parte ya había tenido experiencia musicales, desde los 5 años, ya que cantaba tango en un programa; eso se lo debo a mi abuela que me enseño a cantar. Gastón, mi hermano mayor, tuvo una banda, lo cual nos permitió adentrarnos a ese ambiente, para posteriormente formar una y firmar un disco en 2003.
Yo amo compartir esto con mis hermanos, fue mí sueño vernos triunfar, y acá estamos con un luna repleto para el próximo recital.
Para mí la música es la cura a todo, desde siempre. Cuando estoy sofocado o cansado de Asia, es mí escapé para conseguir paz para volver a enfrentar nuestros problemas. Ahora, fue como una calma poder venir a ensayar un rato. Aunque siempre que me despejó, no dejo de pensar en ella, está menos presente en mis pensamientos, pero está.
Llego y veo a mis hermanos que y están practicando, Gastón está con el bajo y Guido con el piano. Nuestro estudio tiene la zona para ensayar, es un ambiente lleno de instrumentos sin más.
—¡Quería practicar lejos del sol! —explica Guido, nombrando uno de nuestros temas.
En la banda cada uno tiene su rol en el que se destaca, yo soy el cantante y guitarrista principal, mi hermano mayor toca el bajo y mi hermano menor Guido, la batería. Sin embargo en este ultimo disco llamado: "una hora a Tokio", que grabamos hace un año atrás, Guido, o el rubio (como le dicen muchos) decidió escribir unas canciones. Hasta ahora, ha escrito tres temas, los cuales canta él.
—Bien, perdón que llegue tarde. Estaba tratando de que Asia, no cometa locuras —menciono apenado.
—Ya que lo mencionas —dice Guido nervioso—. ¿Por que seguís con ella?
Deja de tocar el piano para mirarme fijo, muy atento. Gastón que estaba un poco alejado concentrado en su bajo, también lo deja a un lado, recostado en la pared y se acerca para unirse a la conversación.
—¿A qué te referís? —consulto confundido mientras me dirijo unos metros alejado a buscar la guitarra.
—Se refiere a que siempre estás pendiente de Asia, ¿pero ella que te da a cambio? —interroga Gastón.
