9. Amaia goxoa

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Istorio honi buelta bat emateko ordua da. Itxaro lagundu nahi diot eta...

Amaia. Me estás hablando en euskera —avisa Itxaro y recuerdo que estamos hablando por teléfono.

—Perdona, amiga. No sé en qué estaba pensando.

Me interno por la entrada sur del Parque del Morlaco que me recibe con una estatua de Félix Rodríguez de la Fuente con varios bichejos rodeándolo como si de un santo o un istari del Señor de los Anillos se tratara —sí, puedo ser un poco friki si se precia.

Estos parques malagueños me hacen darme cuenta de lo distintas que pueden ser dos ciudades en una misma península. Los parques de Donosti son más verdes, con más césped, árboles cargados de hojas verdes y flores de colores... Mi favorito siempre fue el Parque de Cristina Enea. Era como sentirse en un bosque, escapando del ajetreo de la ciudad. Con su lago, su emblemática finca, capilla y cocina; sus pavos y ardillas pululando en libertad... ¡Tengo que llevarla a Itxaro!

Cuando encuentre al gilipollas ese, le daré un buen par de hostias, lo dejo atado en un árbol y me voy con el perro. Suena bien, ¿no? Sólo espero que no me lo ponga difícil...

No sé si estará por ahí. Yo no lo he visto pasar por la zona.

—Descuida, que ya estoy yendo para el sitio ese. ¡Joder! Lo que daría por un zurito ahora. ¡Este parque tiene muchas subidas!

¿Qué es un zurito?

—Una cerveza pequeña de entre cien y ciento cincuenta mililitros.

¿Tan poco beberías?

—Hay que cuidarse, mi vida. La cerveza tiene calorías.

Itxaro ríe por el otro lado de la línea. Creo que si no fuera una bala perdida, me haría ertzaina y mi misión en la vida sería buscar a todos y cada uno de los cabrones manosuelta y les haría pagar por sus agresiones.

Bueno, si lo pienso mejor, no podría hacer eso. Como fuerza de la ley tengo que respetarla y lo último que tengo ganas es de hacerlo. Creo que podría ser una batgirl fantástica... Eh, no. Me falta la pasta para tener todos las cosas esas raras que usa. ¿Spidergirl es asalariada? Supergirl trabajaba creo que en una revista o algo así. Ambas son humildes, creo... ¡pero no tengo sus poderes! Aunque si tengo la fantástica habilidad de reventar caras, que no es poco.

—Kaka zaharra! Jende nazkagarri eta zikina! Joder!

¿Qué te pasa?

—Hay mucho sucio suelto que no recoge la mierda de sus perros y he pisado una.

Eso significa que vas a tener suerte.

—Entonces jugaré al euromillón a ver si es verdad. Creo que ya estoy cerca. ¿Algo destacable desde tu posición Bravo 1?

Ves demasiadas pelis de pataditas voladoras.

—No te haces una idea de cuántas veía con mi padre. Le encantaba Van Damme.

¿Te abres de piernas como él?

—Pensé que nunca me lo ibas a pedir, Itxaro.

T-tú ya me entiendes... ¡Mal pensada!

—De todas las formas que quieras. —La pausa a la hora de responderme me ayuda a imaginarla ruborizada—. Estoy escuchando algo...

¿Ves a Dulce? ¿Está bien?

—Dame un segundo...

He dado un par de vueltas antes de aproximarme a la zona donde Dulce debería de estar atada. No veo a nadie, pero sí oigo los lamentos débiles de un perro. Si Saúl está por la zona, tiene que estar escondido.

Todas Las Sonrisas Que No VeréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora