28. Simplemente, Clara

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Han pasado tres días desde que fuimos a la playa y, a pesar de que Félix ha querido tratar de hablar conmigo, lo he dicho que no quería. Le he pedido que me dé tiempo y he sido muy sincera en mis motivos: sigo muy sensible por todo lo que me ha pasado con Saúl. Agregué que no creo que él no haya mirado con deseo a Amaia y que no me lo dice para no hacerme más daño. Por último, que es posible que hayamos ido demasiado rápido.

Su respuesta fue un tanto escasa —tampoco puedo esperar nada más:

Estoy revisando la documentación que entregué para apuntarme al ciclo formativo, fuera de fecha

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Estoy revisando la documentación que entregué para apuntarme al ciclo formativo, fuera de fecha. Mi padre conocía a alguien de la Consejería de Educación que me ayudó a presentar la solicitud y que fuera admitida. Sólo queda esperar que el centro elegido tenga plazas. De lo contrario es posible que termine estudiando en la otra punta de la ciudad y no tengo ganas de recorrerme Málaga de punta a punta, cuando estoy a diez minutos a pie.

Con la suerte que estoy teniendo, me mandan a Sevilla...

El tono de mi teléfono suena y veo que son mensajes de WhatsApp de un número que no tengo agendado. Estoy a punto de ignorarlos cuando distingo en la notificación que esa persona extraña no es otra que Clara, la hermana de Félix. Espero que el susodicho no la esté usando para ganarse mi perdón. No aceptaría una manipulación semejante.

 No aceptaría una manipulación semejante

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Al parecer no sabe nada. Es posible que se esté haciendo la tonta, así es más probable que decida encontrarme con ella. No sé qué hacer. No tengo ningún compromiso a la tarde. También le debo una charla a Amaia. Tengo demasiados frentes abiertos. Tendré que ir cerrando alguno.

 Tendré que ir cerrando alguno

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Todas Las Sonrisas Que No VeréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora