❤️🩹Novela finalista en The Wattys 2024❤️🩹
Esperanza tenía una vida de ensueño: un trabajo en el que estaba creciendo, una vida social envidiable, una pareja perfecta y un embarazo espectacular... Hasta que todo se hizo añicos.
Cuando se despiert...
¿No es exasperante ver la gran mayoría de publicaciones de Instagram vendiendo una felicidad ficticia? Sé de muchas parejas, que se exhiben como satisfechas, seguras y eternas, que están al borde del abismo o alguno de ellos engañó al otro y todavía no trascendió. Es triste vivir en ese mundo de apariencias donde no puedes mostrar un poco de humanidad, de falibilidad, de debilidad o serás juzgado como quejica, poco ambicioso, insatisfecho —y vete tú a saber cuántas cosas más.
A pesar de que poco a poco la sociedad va entendiendo el valor de la salud mental y que cada vez vemos a más abanderados destacados del It's OK not to be OK, todavía es algo más relativo al postureo que a la verdadera aceptación de que una está hecha mierda y se siente cómoda en publicarlo en sus redes sociales.
¿A qué viene esta disertación? A que, mientras trato de distraerme para no pensar que otra vez me tengo que enfrentar a una nueva situación de mierda, veo todas las mentiras que la gente publica. Estoy cansada de esto. De verdad.
Es ahora cuando realmente entiendo que necesito encontrar un camino nuevo. Este no es el recurrente pensamiento que evito porque no soy todo lo fuerte que debería para afrontar otro cambio más. Ya es una decisión tomada. Necesito alejarme de todo. Tomar perspectiva y, si alguna vez vuelvo a este lugar, seré una persona muy distinta —quisiera creer que mejor, mas no puedo asegurarlo.
Ya voy de enigmática...
Estoy esperando en un parque a medio camino de la casa de mis padres —hoy dormiré con ellos— y de la de Félix. Creo que he prolongado demasiado su sufrimiento y sus expectativas y, por mucho que no quiera...
—Hola, Esperanza.
Me levanto del frío banco de piedra y lo saludo con dos besos en las mejillas. Él no apuntó a los labios.
Tengo que hacer un esfuerzo por no derrumbarme antes de tiempo cuando lo hallo con una expresión derrotada. Ambos sabemos para qué estamos aquí. Sabemos que es lo mejor para no hacernos daño, aunque eso no le resta ni un poquito de dolor.
Nos sentamos uno frente al otro y en el momento en el que quiero decir algo, pasan por mi cabeza veinte millones de sentimientos hermosos que tuve con él, otros tantos sueños y ensoñaciones de familias perfectas que juegan con sus hijos en el parque, que leen un libro en un salón, que viajan por el mundo y se toman miles de fotos...
Creía que estaba preparada para poder entregarme de nuevo y ¡es que ocurrió todo muy pronto! Él me gustaba mucho. Pensé que era el hombre para mí en este momento y he descubierto por las malas que necesito que estar sola. No tengo, ni puedo, atarme a nadie. Hay mucho por sanar.
—Pe-perdona, Félix —sollozo.
Le agarro las manos. Él me las aprieta con fuerza y me mira. Es entonces cuando descubro como sus ojos verdes, han perdido su viveza y es una nube de amargura y tristeza la que llueve en ellos.
—No tienes que pedirme perdón. Yo sí te debo de nuevo una disculpa...
—Es posible que haya empezado con lo que ocurrió en la playa. Eso hizo que se pusieran en movimiento otros pensamientos y emociones que no tienen que ver directamente contigo, sino con mi vida y cómo la estoy llevando. No estoy preparada para enamorarme de nadie porque sigo todavía traumatizada por lo que ha supuesto Saúl en mi vida. Dijiste algo muy bonito en tu biblioteca: no hace falta que seamos perfectos para estar juntos, que nuestras roturas encajarán y nos harán un ser completo. Me temo que mi parte no está tan resistente como para no quebrarse mientras encajamos.
»Ya te hice pagar más de lo que debería por algo que para mí...no vamos a hablar de eso de nuevo, lo que quiero decir es que mi reacción fue desmesurada. Eso, siendo una mujer estable emocionalmente, no habría pasado. Tengo que ser responsable para con los dos y no permitirte pasar por otro momento así, porque los habrá y, posiblemente, serán peores.
—Yo quiero estar contigo en esos momentos para ayudarte, siempre que así lo sientas.
—Es que ese es el punto: no lo siento. —Félix asiente y mira para el suelo mientras empieza a jugar con los dedos. Respira profundamente y me mira—. No quiero hacerte más daño. No te lo mereces. Yo tampoco puedo cargar con esa culpa de arruinarte cada vez un poco más.
—Gracias, Esperanza —dice y me deja un poco sorprendida. No era lo que esperaba oír—. Hemos intentado de llevar algo bonito a nuestras vidas y yo no reparé en que no era lo que necesitabas. Creí que esa química tan brutal que teníamos era suficiente. Que si tú querías podíamos intentarlo y... —Se limpia los ojos con un pañuelo y prosigue—. Me alegro haber compartido estas pocas semanas contigo. Han sido tan inolvidables que las llevaré conmigo por siempre.
—Perdóname. El portarretratos de tu biblioteca v-va a quedar vacío...
No soy capaz de contenerme y me quiebro de nuevo. Deseé tanto tener algo con él... Es posible que, por no esperar, hayamos arruinado algo que podría haber funcionado unos meses más adelante. O tal vez no estaba destinado a ser en esta vida ni en las venideras. No sé. No puedo asegurar nada.
—¿Puedo darte un abrazo? —Asiento y me abraza tan fuerte... Los dos lloramos mientras sentimos el contacto de nuestros cuerpos por última vez. Unos pocos segundos después se separa—. Ojalá la vida nos reúna de una mejor manera.
Me saluda con la mano y se va.
Estoy tentada de levantarme, correr tras él, besarle y decirle que lo intentemos de nuevo, que nos demos una oportunidad y si la cagamos, lo dejamos. Sería muy de película y la mejor forma de destruirnos un poco más. Lo quiero lo suficiente como para evitar que eso suceda y, lo más importante, me quiero lo necesario como para permitir que cometa un nuevo error.
Dejo que pasen los minutos. Miro a los pájaros cambiar de árboles, a algunas parejas pasear de la mano. Deportistas dando su último sprint antes de regresar a sus hogares. La vida sigue. La mía también tiene que hacerlo.
Le mando un mensaje a Amaia avisándola de que ya corté con Félix y que mañana le contaré.
Esa es otra conversación que tengo pendiente. No puedo volver a vivir con ella. Tenerlo a Félix enfrente va a ser más doloroso para él que para mí. No quiero tener esa presión. No puedo permitirme el lujo de ceder y dejarme querer por él cuando me sienta débil y necesite de su amor para tapar mis carencias.
Tengo que empezar de nuevo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se consumó el desastre.
Se veía venir después de lo que pasó en la playa. Esperanza no estaba sana todavía para empezar una relación con nadie.
¿Qué va a pasar? Cambios y muchos. Y me alegra que me acompañéis a verlos.