3. Espero que lo hagas mejor la próxima vez

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Salgo de casa a escondidas. La relación con mi hermana tras la confusión con Jayce empieza a ir bien, odio estar enfadada con ella, y no quiero volver a cagarla como hice en la fiesta de espuma, cuando le grité cosas horribles que no pensaba por proteger a Jayce, el que supe desde el primer momento que mentía.

No sé cómo contarle que el trabajo que realizo cada día no es el que ella cree, pero tengo que encontrar la manera de hacerlo, ya no quiero más mentiras entre nosotras, Payton es lo único real de mi vida y voy a protegerlo como ella hace conmigo.

Compruebo de nuevo la dirección antes de cruzar el amplio portal que da a un hotel de lujo. Un portero uniformado me abre la puerta de cristal sin apenas mirarme, camino despacio, pero con paso decidido hasta la recepción, dónde recito la frase que Rox me ha grabado en la cabeza a base de un millón de repeticiones.

—Grupo Taste Me, usuario uno siete dos cinco.

La joven de piel morena y ojos expresivos me mira de arriba abajo antes de teclear en el ordenador y comprobar que los datos coinciden. Me ofrece una tarjeta dorada con el logo impreso del hotel que recojo enseguida, presto atención a su explicación para llegar a la habitación y le agradezco su amabilidad antes de irme.

—Recuerda marcar el siete si tienes cualquier problema, mucha suerte —sonríe mientras me dirijo al ascensor.

Rox me ha explicado varias veces el proceso, como si por ser rubia fuera tonta de remate. Subo a la habitación, me peinan y me maquillan, me cambio de ropa con lo que sean que han elegido para mí y espero hasta que llega el cliente, dicho sea, el hombre de hielo. Nunca ha pasado nada —cosa que no creo en absoluto, pero que he preferido no preguntar para calmar mis nervios—, pero en el caso de que me sintiera incómoda, siempre puedo marcar el siete en el móvil que me obligan a llevar siempre encima, y el equipo de Taste Me vendrá a por mí. No sé si esa parte me tranquiliza o me pone más nerviosa aún.

El hecho de que la recepcionista sepa este dato, confirma mis sospechas sobre la información incompleta que Rox ha ido soltando todos estos días y yo he completado por mi cuenta. También está el hecho de que no me ha dado ninguna información sobre mi cliente, ya sé que aspecto tiene y lo bien que huele, pero podría haberme dado información útil como por ejemplo como se llama, que edad tiene o para que ha contratado mis servicios. Rox es de extremos, o se pasa de pesada, o no te cuenta nada.

Entro al ascensor cuando las puertas se abren y paso la tarjeta dorada por el detector tal y como me han explicado. No tengo que marcar nada más, ya que sólo puedes subir a esta planta con esta tarjeta. Me siento como una espía secreta más que como una mujer de compañía. Me muero por hacer fotos y enviárselas todas a mi hermana, para decirle que estoy viviendo una de las películas que siempre vemos juntas. Pero no puedo, uno; porque he firmado un contrato de confidencialidad, y dos; porque Payton vendría hasta aquí y armaría un espectáculo solo para sacarme de este embrollo.

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