35. Has dejado el listón muy alto

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No sé si he sido tremendamente valiente o tremendamente estúpida

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No sé si he sido tremendamente valiente o tremendamente estúpida.

Hemos llegado a un acuerdo, cuando todo esto termine, ninguno mirará atrás.

—Esta mañana he recibido un regalo —lo fulmino cuando sonríe con malicia—. Te crees muy gracioso, ¿no?

—No especialmente.

—No puedo aceptarlo —saco la caja del bolso y se la devuelvo.

—Es de mala educación devolver un regalo.

—No necesito más dinero, me has pagado suficiente por adelantado por este trabajo —le recuerdo.

—Mientras estés en este país no pagarás nada.

—Te repito que tengo dinero.

Me mira durante unos segundos que parecen minutos.

—Estamos invitados a una gala —dice como si nada—. Vas a necesitar un vestido, usa el dinero para eso.

—Ya tengo vestidos, te recuerdo que me has llenado el armario.

—Llevaré un traje de treinta mil —sonríe con petulancia, recordándome la gran cantidad de dinero que posee—. Ninguno de los vestidos que hay en tu armario vale eso.

—No pienso gastarme ese dineral en un vestido.

¿Está loco? ¿Sabe la cantidad de meses que puedo vivir con ese dinero?

—Lo haré yo entonces.

Sé que dice la verdad, da igual lo que diga o haga, porque tendré un vestido nuevo para la maldita gala.

—¿Cuánto dinero has metido?

—Sólo trescientos por ahora, pero puedo meter más si lo necesitas.

Ah. Bueno. Será suficiente para un vestido y zapatos.

—Mucho mejor que los treinta mil que vale tu traje.

—Trescientos mil.

Ah.

Ah.

La hostia.

—¿Llevo trescientos mil encima? —tengo que toser para no atragantarme con mi propia saliva.

—Meteré más cuando los gastes.

—¡¿Crees que voy a gastar esa cantidad en menos de dos semanas?!

Se encoge de hombros, como si fuera lo más normal del mundo.

—Ahora es tuyo, úsalo.

No pienso tocar ni un solo centavo. Le envío un mensaje rápido a Michi para que pueda hacer su magia y guardo el móvil de nuevo en el bolso. No he recibido ninguna respuesta de mi hermana, lo que me extraña viniendo de ella. ¿Sabéis lo que es tener una madre controladora que necesita saber todo el tiempo que haces o si estás bien? Pues yo no. Pero tengo a Payton, que es básicamente lo mismo. Por eso, que lleve todo el día sin llamarme, sin responder ninguno de mis mensajes y sin preocuparse por si sigo respirando, me deja con un mal sabor de boca.

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