Jamás en toda mi vida he tenido una idea tan mala como la de traer a Winter hasta aquí.
Me froto las sienes ante la atenta mirada de mis hombres, los que he reunido hace unos minutos, para mantener mi mente entretenida mientras escucho las risas de mi hermana y de ella a lo lejos. Verla tan tranquila y animada junto a mi familia, en mi mesa de comedor, en mi casa, disfrutando del desayuno que he pedido exclusivamente por ella, ha generado una explosión de emociones que no debería haber experimentado nunca.
Fulmino a mis hombres con la mirada y todos guardan silencio de inmediato. Ni siquiera recuerdo de que estábamos hablando, o porque los he reunido, pero necesito dejar de pensar en lo bien que quedaba junto a Carlo, o en la intensidad de su mirada cuando me ha visto. Tengo que borrar de mi mente la expresión de decepción que ha intentado borrar sin éxito, cuando he dejado que Brina se la lleve. Lo he hecho por ella, porque yo no soy buena compañía, no ahora que no distingo la ficción de la realidad.
—Bristol, ponme al día.
Desconecto tras la cuarta palabra. Doy vueltas en círculo, poniendo todo mi esfuerzo en retomar la conversación, concentrándome en todos los datos que me está facilitando, pero no consigo hilar más de dos palabras seguidas, porque una melena rubia se entremete en cada uno de mis intentos.
Me siento tras la mesa, la voz de Ryan se une a la de Bristol, pero apenas son un murmuro comparados con la voz dulce pero exigente que me ha tenido toda la noche en vela.
Siento la mirada de Zane, pero finjo que no me doy cuenta. Es el único que no está hablando, que no ha participado en la conversación, es el único que me mira directamente a mí, y probablemente, el único que sea consciente de que mi cuerpo está presente pero mis pensamientos a varias estancias de aquí.
La cabeza me va a estallar, escondo la cara entre las manos mientras mis hombres continúan hablando. Llevo más de veinticuatro horas sin descansar. No dormí nada en el vuelo, pendiente de que Winter estuviera cómoda, observando su rostro relajado sobre mi hombro, haciéndome a la idea de que esa sería la imagen que tendría a partir de ahora, pero nada más llegar, todo se complicó, no sé qué hice, no sé qué fue lo que pasó para que todo se fuera a la mierda, no sé cómo Zane consiguió lo que tanto he anhelado, no sé cómo...
Las voces de mis hombres dejan de sonar de inmediato. Levanto la cabeza de un golpe seco y busco el culpable de tanto silencio. Mi mirada furiosa impacta directamente contra unos ojos verdes como el musgo. Winter está aquí. En pijama. Con más de tres cuartos de su cuerpo al descubierto. No me ha importado verla en la mesa con Brina, pero es muy diferente cuando son los ojos de mis hombres los que la devoran.
No hay ninguno de ellos que no la mire con sorpresa, recorriendo el largo de sus piernas, admirando su piel bronceada por el sol en contraste con el rubio de su pelo. Trago saliva, hipnotizado por sus curvas, hasta que compruebo su incomodidad.
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Taste Me
RomanceMisterioso, temido y frío. ÉL es un completo desconocido para todos, ocultando su pasado bajo una máscara de indiferencia, con un único propósito en la vida: seguir siendo un enigma para el resto. Y nunca ha tenido la intención de revelar al mundo...