Todo va de maravilla. Payton ha celebrado mi nuevo puesto —el que cree que es en una tienda de animales—, como si ella misma lo hubiera conseguido. Creo que nunca me había mirado con tanto orgullo como el día que volví a casa y le di la gran noticia. Un sabor amargo sigue haciendo acto de presencia en mi boca cuando recuerdo que es una mentira, que no he conseguido el trabajo que ella cree, y que, si se entera, jamás me dejará volver.
Odio mentir a mi hermana, aunque desde hace años es lo único que hago. Nos prometimos no hacerlo nunca, pero es lo único que puedo hacer para no dañarla, no puedo dejar que se siga preocupando por mí y no viva su vida, la que tanto trabajo le ha costado conseguir.
Nunca le he dicho esto, pero estoy tremendamente orgullosa de ella. De la mujer en la que se ha convertido y de todo lo que va a conseguir con su arte. Si me enfado tanto con ella, es porque necesito que viva su vida y deje de preocuparse por mí. Quiero que empiece a vivir, y no lo hará si no me deja libre.
Hoy tengo mi decimosexta clase con Michi, y como de costumbre, llega tarde.
—Eres un impuntual —le acuso con el dedo índice cuando decide hacer acto de presencia.
Me lanza un beso al aire y deja caer una bolsa negra al suelo, junto a mis pies. Me sujeta la barbilla con la mano y me inclina la cabeza ligeramente hacia atrás.
—Tan bella como siempre.
Me guiña el ojo y me repasa el cuerpo con la mirada, si no fuera por la pluma que tiene, le habría pateado la entrepierna.
—No me hagas la pelota, llevo veinte minutos aquí sola.
—Este sitio está lleno de hombres, estás sola porque quieres, reina.
—Vengo a trabajar, cosa que deberías hacer tú.
—Oh, reina de las nieves, ¿por qué estás tan amargada hoy? —mueve los brazos en el aire, como si estuviera actuando en un teatro abarrotado.
Me da con la cadera cuando no respondo, le miro de reojo y me centro en la bolsa que hay a mis pies.
—¿Qué es esto? —pregunto curiosa, las semanas anteriores hemos practicado cómo comer según el protocolo, a simple vista puede parecer una tontería, pero créeme, no lo es cuando en una misma mesa hay nueve tipos de cubiertos diferentes.
—Lo sabrás cuando respondas mi pregunta.
Michi puede ser o muy encantador, o un tocapelotas de primer grado. Ahora mismo está siendo lo segundo en nivel experto.
—No estoy amargada, es solo que no me gusta mentirle a Jayce.
Jayce es mi novio desde hace cuatro años, aunque antes lo fue de mi hermana, yo siempre había estado enamorada de él en secreto. Él jamás me miró, por mucho que lo intenté, solo tenía ojos para Payton, como todos los hombres que he conocido. Al lado de mi hermana siempre he sido invisible, y nunca me había importado, al menos hasta que lo conocí a él. Sé que me hace parecer una hermana horrible el hecho de salir con su ex, pero cuando me miró, supe que sería él, y todo lo demás dejó de importar. No existe nadie más para mí, el va a ser el padre de mis hijos, y aguantaré todo lo que me toque con tal de conseguirlo. Aunque los ojos de mi novio sigan pendientes de mi hermana.
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Taste Me
RomanceMisterioso, temido y frío. ÉL es un completo desconocido para todos, ocultando su pasado bajo una máscara de indiferencia, con un único propósito en la vida: seguir siendo un enigma para el resto. Y nunca ha tenido la intención de revelar al mundo...