Misterioso, temido y frío. ÉL es un completo desconocido para todos, ocultando su pasado bajo una máscara de indiferencia, con un único propósito en la vida: seguir siendo un enigma para el resto.
Y nunca ha tenido la intención de revelar al mundo...
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Hoy le toca cocinar a mi hermana, pero por suerte, Jasmine y yo la hemos convencido de pedir pizza a domicilio para cenar mientras vemos un capítulo de Crónicas Vampíricas —por decimocuarta vez—, y nos hacemos la manicura, o al menos ese era el plan hasta que Jas trajo mascarillas para la cara y nos convirtió en un koala, una tortuga ninja y una princesa, respectivamente.
¿Adivináis quién es la princesa y quién la maldita tortuga ninja?
Jasmine luce como toda una princesa, se ha recogido su voluptuosa melena rizada en lo alto de la cabeza representando una corona, mi hermana tiene aspecto de un koala adorable, consiguiendo dulcificar aún más el rostro, en cambio yo, no sé ni qué parezco.
¿Quién compra mascarillas con cara de tortuga con antifaz?
Menos mal que me han dejado elegir a mí los ingredientes de las pizzas y ahora mismo la máscara que me cubre la cara ha quedado en un segundo plano. Muevo los dedos de los pies al aire, el esmalte rosa con purpurina que me ha recomendado Jas me queda ideal con el bronceado de mi piel. Mi hermana ha decidido escoger un tono verde lima que combina con las flores del mismo color que lleva en las manos. Jasmine todavía sigue indecisa, escogiendo entre los miles de colores que tiene en la caja de esmaltes.
—¿Amarillo o azul? —pregunta de nuevo.
—Amarillo —responde Payton.
—Azul —respondo al unísono.
Jasmine nos mira con una gran puchero, se deja caer hacia atrás en el sofá resoplando exageradamente, y mi hermana y yo no podemos evitar sonreír ante el dramatismo de nuestra amiga.
—Puedes escoger ambos colores —mi hermana tan resolutiva como siempre, si he admirado algo de ella, uno de las principales motivos ha sido este, que sabe quedarse con el lado positivo de las cosas, que elige siempre lo sencillo de la vida y aparta lo malo con una habilidad asombrosa.
—¿Y llevarlas como la equipación de mi hermano? —arruga la nariz como si estuviera comiendo el famoso plato de verduras de mi hermana—. Ni de coña, eres tú la novia del capitán de los Rams, no yo.
—No somos novios... —se sonroja como respuesta, evidenciando lo que ya todos sabemos.
—Aún —puntualizo con una sonrisa, hace tiempo que no veía a mi hermana tan feliz, y aunque sé que ha sido casi siempre debido a mi culpa, deseo con todas mis fuerzas que sea libre, que me deje librar mis batallas y se centre en su futuro.
—Es... complicado —muerde un trozo de su pizza para no tener que seguir hablando, aunque Jasmine y yo nos miramos y con eso nos basta para no dejar el tema aquí.
—Es lo que tiene salir con un Turner —Jas sonríe de medio lado mientras se decide por un esmalte completamente diferente al que había propuesto—. Pero somos buenos en el sexo, eso debe bastar para aguantar nuestros diminutos fallos.
