19. No soy la única

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Cuando le expuse todos mis requisitos para aceptar su trato, no imaginaba que se los tomaría al pie de la letra

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Cuando le expuse todos mis requisitos para aceptar su trato, no imaginaba que se los tomaría al pie de la letra. Pensé que pedirle que me tratase como a su prometida todos estos días hasta la fecha programada, sería una ventaja para mí, una excusa perfecta para rechazar el trato y volver a mi vida normal, pero con lo que no contaba era con que se entregaría tanto, a pesar de ser todo una patraña.

Termino mi ensayo / no ensayo con Michi. A pesar de saber la verdad, ambos hemos decidido mantener nuestras clases, uno; porque yo no puedo quedarme en casa sin dar explicaciones, dos; porque me he acostumbrado tanto a él, que estos pequeños momentos se han convertido en mis preferidos del día.

Le he contado toda la verdad, no sé si podría hacerlo, pero nadie me ha dicho lo contrario, y llevo varios días sintiéndome una bomba de relojería, que si no se lo contaba a alguien, acabaría explotando y llevándose a todos por delante. Me encantaría poder hablar con mi hermana, pero temo tanto que si lo hago cambie de opinión, que he optado por la vía sencilla, seguir mintiendo una y otra vez. En cambio, Jasmine... bueno, es mucho más avispada de lo que imaginaba, y el hecho de que nuestro balcón ahora esté repleto de macetas de colores, no le ha pasado desapercibido.

Michi habla sin descanso, contándome por enésima vez que Paolo, su nuevo ligue, tiene la extraña costumbre de lamerle las axilas después de mantener relaciones sexuales, ya le he dado mi opinión, es bastante asqueroso, pero al menos no le olisquea el ano como hacen los perros, eso sería muchísimo peor.

Pierdo el hilo de la conversación, una de las cosas que más me gustan de él es que es completamente natural, no tiene filtros, no finge ser alguien para caer bien, habla y habla sin descanso, consiguiendo que yo, la que siempre parezco un loro, pase a ser la que escuche, algo completamente nuevo para mí. No puedo contener la risa mientras me explica los pros y contras de seguir con él. Ya sé cuál va a ser el resultado, porque cada semana hacemos lo mismo con un ligue nuevo, lo que da como resultado que siempre salgan victoriosos los contras.

Michi es muy expresivo, por eso en cuanto su tez morena comienza a palidecer y el tono chillón de su voz es apenas un susurro, sé con absoluta certeza quién está a mi espalda. Me giro para comprobarlo, pero tan solo con el escalofrío que me recorre el cuerpo, sé con quién me voy a encontrar antes de que nuestras miradas conecten.

Me mira directamente a mí, como si la presencia de Michi no fuera más que un estorbo. Tiene el hombro apoyado en el marco de la puerta, la camisa de seda color lavanda, se le abre ligeramente por el pecho, dejando entrever un poco de piel bronceada. Su rostro sigue tan inexpresivo como siempre, pero a pesar de eso, no puedo controlar que mis labios se estiran formando una sonrisa. Da igual la de veces que haga esto, no importa que lleve días viniendo a la sala de ensayo a por mí, ni que en ninguna de las otras ocasiones diga nada, tan solo me observe, porque mi corazón late frenéticamente en cada una de ellas, recordándome que no voy a acostumbrarme nunca a su cercanía.

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