Todo empezó como una situación de trauma bastante rutinaria, o eso supuso Jennie. Técnicos de emergencias y paramédicos de dos unidades diferentes, habían respondido a un accidente de varios vehículos, y las primeras víctimas en llegar fueron una familia de tres.
—Intenta conseguir algo de todos, pero céntrate en Jisoo y la niña,—ordenó Jennie a Rosé cuando el personal médico se reunió en las camillas.
Eficientemente, los miembros del equipo trasladaron a cada paciente a una camilla, con una coreografía hecha sin esfuerzo, gracias a una larga práctica. Por lo que Jennie pudo ver, los tres miembros de la familia estaban conscientes, aunque la madre y el padre estaban atados a tableros de restricción, y tenían collares cervicales en el cuello. Una niña rubia que parecía tener unos cinco años, estaba en la tercera camilla observándolo todo, pequeña y vulnerable, rodeada por monitores agrupados a su alrededor. Una gran laceración se extendía desde el cuero cabelludo hasta la frente, y desde donde estaba de pie, Jennie pudo distinguir la brillante superficie rígida de un hueso blanco. Milagrosamente, la niña parecía cómoda y no muy asustada, ni siquiera parecía estar llorando, aunque había rastros de lágrimas en sus mejillas manchadas.
Jennie escuchó Manoban dirigir la actividad, incluso mientras empezaba a evaluar al miembro masculino del trío.
—Lee, encárgate de la madre. Kim, tú con la niña.—Se inclinó sobre el hombre, realizando automáticamente la evaluación inicial estándar, para confirmar que estaba respirando correctamente, y que el pulso y la presión arterial eran adecuados. —¿Cuál era la situación en el lugar? ¿Tiempo de rescate? ¿Inestabilidad hemodinámica o pérdida de la conciencia?—preguntó a los paramédicos que se había quedado a ver la intervención.
A Jennie le pareció que todo el personal de emergencias respondía a la vez, y no pudo entender, cómo la Jefa de Trauma podía asimilar la gran cantidad de hechos y números con los que la estaban bombardeando.
Lisa no apartó los ojos del rostro del paciente, mientras sus manos se movían con rapidez por su cuerpo. —¿Ha sufrido compresión?
—Sí. Por el cinturón de seguridad y el asiento del coche,—gritó uno de los paramédicos, que estaba terminando su papeleo de pie junto a la puerta.
Lisa se enderezó y miró a su derecha, donde Lee Jungha, un residente de cirugía de tercer año, realizaba exactamente las mismas maniobras que ella acababa de terminar en la madre. —Dr. Lee,—dijo, no en voz alta, pero con un grado de autoridad que llamó su atención inmediatamente. Sus manos dejaron de moverse mientras miraba con expectación. —Este paciente se queja de dolor abdominal, y tiene endurecida la parte inferior abdomen. ¿Qué recomienda usted que hagamos?
El joven, claramente cargado de emoción por el ambiente de tensión, respondió con una nota de esperanza en su voz, —¿lavado peritoneal abierto?
Jennie miró Lisa Manoban. No pudo evitar hacerlo. De todas las figuras en la habitación, la cirujana de cabello oscuro parecía ser el epicentro, el punto focal. A pesar del ambiente de caos controlado que impregnaba sala, la expresión de Manoban estaba en calma y en actitud sosegada. Sus movimientos eran precisos, económicos, y en el poco tiempo transcurrido desde que los pacientes habían llegado, había evaluado claramente el estado de cada uno, y dado pautas para organizar su cuidado. Cuando Jennie escuchó al cirujano en prácticas, sugerir lo que supuso era algún tipo de operación, durante un segundo fugaz, le pareció ver una sonrisa en el rostro de Manoban. Hizo una nota en el registro que estaba dictando en voz baja, para preguntarle por qué.
—Estoy de acuerdo con usted,—dijo Lisa mientras se dirigía a la mujer que Lee estaba examinando, —está hemodinámicamente inestable y sospecho que tiene un importante sangrado intraabdominal. Pero el pulso y la presión arterial son normales, así que tenemos tiempo para obtener una prueba no invasiva antes de recurrir a un procedimiento quirúrgico. —Echando un vistazo por encima del hombro, ordenó:—Jackson, pide urgentemente un TAC de tórax y abdomen. Diles que es una posible lesión por el cinturón de seguridad, y que verifiquen el bazo y el retroperitoneo con cuidado.
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Suposiciones destrozadas┃ JENLISA
RomanceLa Dra. Lalisa Manoban jamás permitiría que su unidad de traumatología fuera tema de un documental. Las luces y las cámaras no tienen sitio en un hospital. No hace falta decir que a la doctora no le hizo ninguna gracia cuando Jennie Kim, una cineast...