La Dra. Lalisa Manoban jamás permitiría que su unidad de traumatología fuera tema de un documental. Las luces y las cámaras no tienen sitio en un hospital. No hace falta decir que a la doctora no le hizo ninguna gracia cuando Jennie Kim, una cineast...
Jennie se despertó sobresaltada por el sonido de gente corriendo y gritando por el pasillo fuera de la sala de guardia. A su lado, Rosé estaba sentada cogiendo los vaqueros.
—¿Qué pasa? —Preguntó Rosé, poniéndose la ropa.
—No lo sé, —respondió Jennie. Saltó de la cama y se metió en sus pantalones. Cuando se estaba poniendo las botas, se produjo un fuerte golpe en la puerta, y la voz de Lisa la llamó, —¿Jennie?
Jennie cruzó la habitación hasta la puerta en cuestión de segundos, tirando de Rosé detrás de ella. Las dos mujeres salieron, uniéndose a Lisa, —¿Qué es? ¿Qué ha pasado?
—Un camión cisterna ha volcado en el túnel, está bloqueando la salida de este lado, y ha provocado un accidente en cadena en el subsuelo, heridos en masa. Eso es todo lo que sé en este momento. He organizado el primer equipo de rescate y salimos ahora Jisoo se está encargando del segundo equipo, te diré algo tan pronto como llegue.
—Rosé, coge las cámaras portátiles y todas las cintas que puedas, —ordenó Jennie con urgencia mientras seguía el paso de la Jefa de trauma, que ya se apresuraba por el pasillo. Observó como Lisa fruncía el ceño, y entendiendo que quería salir cuanto antes, agregó. —No te preocupes, no te voy a entretener. Cogeremos nuestro equipo, y nos uniremos al grupo de Jisoo, nos encontraremos allí.
—Jennie... —suspiró Lisa, con demasiadas cosas en la cabeza para ser prudente—, no sé lo que nos vamos a encontrar. Seremos los primeros en llegar a la escena, porque estamos prácticamente al lado. Ni siquiera sé si la estructura del túnel ha aguantado. —No necesitaba decir que si el tramo de carretera excavado en roca bajo el río Hudson se había derrumbado, el número de bajas se dispararía.
—Vamos a averiguarlo, —respondió Jennie con impaciencia, excitada por la oportunidad de ser uno de los primeros reporteros gráficos de la escena. Eran momentos de tragedia y grandeza humana. Eran momentos que le había tocado vivir para inmortalizarlos.
Lisa quería decirle que se quedara, que aquello sería un caos y una locura, que no podría trabajar si estaba preocupada por ella. No dijo nada, pero su estómago se apretó con aprensión, porque sabía que si la situación fuera al revés, nada le impediría hacer lo que tenía que hacer. En su lugar, cogió la mano de Jennie y la apretó brevemente.
—Bien, probablemente no nos volvamos a ver en un rato. Solo... ten cuidado... ¿de acuerdo?
—Está bien, —respondió Jennie al instante, sin preocuparse por su propio bienestar. De repente, se dio cuenta de lo que significaba ser el líder del primer equipo rescate, Lisa podría estar en peligro. Los momentos iniciales en situaciones como ésta eran siempre imprevisibles. La gasolina podría explotar, el túnel se podría inundar, los vehículos se podrían incendiar. Dios. Cogió a Lisa del brazo, la detuvo en mitad del pasillo, y la atrajo hacia sí, hasta que quedaron frente a frente separadas por centímetros.
—No seas un héroe, ¿vale? Yo no podría ...
Lisa sonrió, y levantó una mano para acariciar con sus dedos la mejilla de Jennie. Sin pensar en el personal del hospital, que se movían a su alrededor por el pasillo, cerró la distancia entre ellas hasta que sus cuerpos se tocaron. Sosteniendo la asustada mirada de Jennie, le aseguró: —No pienso hacerlo. Ten cuidado, tú también.
Antes de que Jennie pudiera responder, Lisa la besó rápidamente y se fue.
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