Capítulo 15

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Anotación Del Proyecto Personal, Kim

Julio 25 − 09:45 AM

Por fin tengo mi entrevista oficial con Manoban esta mañana. A pesar de que nos hemos visto cada dos días en las últimas tres semanas, nunca hemos tenido un buen momento para hablar largo y tendido. Si no estaba en medio de un trauma con sangre hasta las orejas, estaba en una reunión, o relajándose con Jisoo y Jackson. Cuando no está trabajando, el equipo de Trauma está muy unido. Juegan al baloncesto, ajedrez, o pasan el rato en la sala de espera de quirófano, les ayuda a eliminar tensión creo. [Nota: Es necesaria una sección... o un capítulo, que profundice en sus intensas relaciones personales. La unión es muy habitual en los equipos que trabajan bajo un gran estrés, como policías, bomberos, soldados... Título del episodio, el Club de Oficiales, quizá]. Simplemente no puedo interrumpirles con más preguntas en esos momentos de relax y descanso. Manoban ha estado bien contestando a los detalles técnicos... Pero no he sido capaz de conseguir que se abra a mí, para llenar los espacios en blanco en su CV, aunque ... de hecho, revisando las entrevistas que ha dado, se las arregla perfectamente para esquivar preguntas personales. Hay algo raro y no puedo poner el dedo en la llaga ...

— ¿Srta. Kim?, — preguntó Naomi Riley, interrumpiendo el dictado de Jennie. —La Dra. Manoban está lista para recibirla.

—Estupendo, —respondió Jennie guardando apresuradamente su grabadora. —Gracias.

Cuando entró en la oficina de Lisa se sorprendió al ver lo amplia que era, con ventanas en dos paredes que ofrecían una vista impresionante, una pequeña alfombra oriental frente a un escritorio de caoba antiguo decididamente no institucional, un par de sillas, y un sofá de cuero, con un par de butacas a juego.

Lisa Manoban, con un traje de seda oscuro de corte elegante, encajaba perfectamente en el elegante entorno. Jennie estaba acostumbrada a verla en traje de quirófano, o en los pantalones vaqueros causales con los que por lo general llegaba al trabajo. A pesar de que siempre la había encontrado muy atractiva, por un momento se quedó sin aliento, por la atracción que sintió al verla en aquellos momentos.

Lisa levantó la vista de sus papeles cuando Jennie entró, empujó una pila de carpetas a un lado, y sonrió. —Buenos días.

—Gracias por recibirme, —respondió Jennie, cruzando la habitación y sentándose en una de las sillas frente al escritorio de Lisa.

A pesar del hecho de haber visto a Lisa casi a diario, en aquel entorno formal Jennie fue aún más consciente del magnetismo personal de la otra mujer. A pesar de que había visto su trabajo, de que había jugado con ella, y había sido testigo de sus momentos de intimidad fuera del hospital, se dio cuenta de lo poco que realmente sabía de Lisa. Casi toda la impresión que tenía de ella era visceral, emocional, imágenes y reacciones formadas por estar cerca de ella, observándola, escuchándola. Jennie nunca antes había constituido una relación de esa manera. Las relaciones siempre habían sido algo que para ella se desarrollaban a partir de una amistad, de un intercambio intelectual, o de la conciencia de intereses comunes, como había sido el caso de Hyunji. Nunca había sido tocada por alguien tan primitivamente sin ninguna razón o justificación, excepto las emociones que se agitaban en su interior cuando la otra mujer estaba cerca.

De repente, Jennie fue consciente del silencio en la sala, y del hecho de que muy probablemente la había estado mirando. Lo que le pareció extraño fue que cuando se centró en el rostro de Lisa, descubrió que la cirujana la miraba fijamente también. Aclarando su garganta, continuó: —No esperaba que te reunieras conmigo hoy. ¿No estamos de guardia otra vez mañana?

—Sí, lo estamos, —confirmó Lisa, ocultando una sonrisa por el "nosotras". A pesar de sus dudas iniciales, estaba empezando a sentir, que Rosé y Jennie empezaban a formar parte del equipo. Jennie había sido fiel a su palabra, cuidando de preservar la confidencialidad del paciente, respetando la privacidad de los heridos que no querían ser grabados, y aceptando los deseos de las familias que no querían que utilizara una parte del material. Y, siendo honesta tenía que reconocer, que le gustaba ver a Jennie regularmente, aunque fuera en circunstancias poco íntimas. Le gustaba su energía, su pasión, su sentido del humor. Le gustaba... ella. Se dio cuenta de que su mente vagaba por avenidas por las que no quería viajar, y recordó el propósito de su reunión. Luchó por adquirir un tono serio, y continuó: —Pero a mi particularmente, no me gusta comprometerme a nada cuando estoy de guardia en la unidad de trauma. La mayoría de las veces termino en el quirófano con el paciente, y la reunión tendría que ser cancelada. Sería una molestia para mi guardia.

Suposiciones destrozadas┃ JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora