Capítulo 28

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—Tengan mucho cuidado, las dos.

—Por supuesto, —respondió Lisa, cuando Jennie se subió a la moto detrás de ella, y rodeó con ambos brazos su cintura. Sentía una sacudida agradable cada vez que Jennie hacía eso. Cubrió una de las manos de Jennie que descansaba posesivamente en la curva de sus muslos con la suya, y sonrió a Maddy. —Estaremos bien.

—Sí, puedo ver eso, —respondió Maddy. Hasta donde ella sabía, su nieta nunca había tenido una relación importante, pero conociendo la naturaleza volátil de Lisa, dudaba mucho de que no tuviera experiencia. Sospechaba que sin embargo, lo que estaba sucediendo con Jennie era algo totalmente diferente. Había observado la forma en que las dos, se habían mirado la una a la otra durante todo el día, y estaba claro para ella que ambas estaban completamente enamoradas, a pesar de que parecía que no eran del todo conscientes de ello. Era algo muy hermoso de ver. —Espero que volváis pronto a visitarme.

—Volveremos pasado mañana para recoger el coche de Jennie, —le recordó Lisa.

Jennie había querido volver con Lisa en la moto, estaba tan bien con ella. Que no había querido decir adiós tan pronto.

—No me refería a una parada rápida, Lisa. Estaba pensando en algo más civilizado.

—No te preocupes, Maddy, —dijo Jennie, sonriendo a la mujer por la cual estaba adquiriendo rápidamente un afecto real. Había pasado la tarde charlando con Maddy, mientras Lisa se ocupaba de arreglar unas cosas en el jardín. Esta, se había unido a ellas, cuando empezó a hacer demasiado calor fuera para poder trabajar, y las tres había hablado de las películas actuales y otras noticias. Finalmente, después de la cena, Jennie y Lisa se habían preparado a regañadientes para irse. —Me aseguraré de ello.

—Bien, porque Lisa tiende a perder la noción de cosas tan simples como el tiempo, y dos meses entre visita y visita, es demasiado. —Aunque esta vez, sabiendo que Jennie estaría cerca, no se preocuparía tanto por el bienestar de Lisa.

—Maddy, —dijo Lisa con arrepentimiento. —Le vas a dar una mala impresión.

—Nada que ya no sepa, estoy segura, —dijo Maddy inclinándose para besar a Lisa en la mejilla, le acarició el brazo mientras se enderezaba, pensando en lo mucho que amaba la alegría que brillaba en los ojos de su nieta, normalmente esquivos. —Te quiero.

—Yo también te quiero, —respondió Lisa, desenganchando con firmeza el pie de apoyo con el talón de su bota. —Nos vemos pronto.

Maddy saludó otra vez mientras observaba como Lisa, metía la enorme moto en el camino. Cuando el motor rugió y la poderosa máquina se puso en marcha, vio a Jennie apretar su agarre en Lisa e inclinarse sobre ella, protegiéndola a la vez que buscaba refugio. A menudo se había preguntado si alguna vez, aparecería alguien capaz de estabilizar a Lisa guiándola con fuerza, ternura. Jennie hacía todo eso, y más. ¡Qué maravillosa pareja hacían!

 ¡Qué maravillosa pareja hacían!

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Suposiciones destrozadas┃ JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora