Alastor yacía sentado en uno de los taburetes de la barra repasando sus pensamientos.
Para su infortunio, Rebecca pareció encajar bastante rápido. Su personalidad curiosa y maleable se hizo de un lugar tan pronto en cuanto tuvo la oportunidad de desenvolverse. No era una gran sorpresa, sabiendo que tenía las características de un niño necesitado de aprobación y la habilidad de decir lo que otros querían escuchar. Él se proclamaba dueño y formador de aquella última virtud. La había instruido bien, no lo iba a negar. Sin embargo, no era eso lo que lo mantenía en vilo.
—Parece algo amargado hoy, jefe ¿Ocurrió algo?— Husk indagó. Aunque no era precisamente desagradable, la calma en el pelirrojo tampoco era algo usual.
—Tonterias, es maravilloso rodearse de tan prometedora vitalidad— replicó
Unos metros detrás de él, el murmullo audible del resto llenaba el ambiente y cada tanto podía llegar a pescar una palabra o dos.
—Mira, usé éste para travestirme en una película y lo conservé porque lucía espectacular, aunque no lo he usado desde entonces. Creo que el estilo te sentará.
La cabeza de Alastor giró 180 grados en su propio eje solo para observar a Angel Dust con un vestido pequeño y rígido vestido negro colgando de sus manos.
Desde que cayó en cuenta de que no poseía ni una sola muda de ropa aparte de un pijama que le había prestado Charlie y que ya se encontraba usando, habían acordado ayudarle a comparar diferentes estilos para encontrar una vestimenta que pudiera amoldarse a ella. Redescubrir sus gustos y disgustos podía ayudarle a reunir los retazos de su memoria, según la rubia. Ese crimen textil contra la decencia era la pequeña contribución de Angel Dust que aguardaba su respuesta con una sonrisa irreverente.
—No creo que avergonzar a los huéspedes sea la idea de esto. —pronto el resto de su cuerpo acompañó la dirección de su mirada, levantándose para contemplar la situación más de cerca.
—¡Está prácticamente diseñado para esa figura! No lo entenderías...
La parte de la prenda superior se asimilaba a un corset ajustable mediante cordones que cruzaban el frente múltiples veces y cuya terminación en v sobre el pubis le otorgaban a la falda un aire de ligereza, como si la tela flotase a ambos lados de las caderas.
La que había permanecido en silencio hasta entonces se hizo oír: —¿realmente crees que podría entrar aquí? —Estudio el material con la yema de sus dedos.
—No lo creo, linda. ¡Lo sé! Vamos, pruébatelo. Voy a demostrar que todos aquí están equivocados— dijo firmemente, señalando a todos los que lo habían observado con caras incómodas.—Si te queda, es tuyo.
—Parece bastante caro— Siguió acariciando el producto con cierto deseo, intriga.
—¡No pienses en eso!— exclamó el de cabellos blancos ya viéndola casi convencida —Vamos vamos, te ayudaré con la parte de arriba— apresuró arrastrándola a uno de los baños de la planta baja.
Algunos golpes y murmullos empezaron a oírse en incremento emanando del pequeño cuarto.
—¡Está bien yo puedo sola!
—No te preocupes no estoy especialmente interesado en mujeres, esto es puramente profesional
—¡Eso no es lo que me preocupa!
—No seas tímida...¿Ves? Es perfecto.
El chirrido de las bisagras anunció su salida, pero nadie se asomó.
—¿Es muy tarde para sentirme arrepentida?— lamentó aún no dejándose ver, Angel Dust la sacó de su escondite empujándola por los hombros.
—Tonterias, es espectacular. No habrá demonio en el infierno que no voltee a verte— Cuando fue posicionada en el centro de la miradas del grupo cada uno se tomó su tiempo para responder. —¿Entonces...qué opinan?— alardeó orgulloso cómo presentando una obra de arte. La parte superior del vestido había sido ajustada excesivamente para que el escote pudiese resaltar unos escasos atributos, pero el resto abrazaba su cuerpo casi hecho a medida y la falda tenía una caída que daba la ilusión de ensanchar las caderas.
—Bueno...tal vez...no es lo que yo hubiera elegido, pero luces espléndida... como una, como...— a Charlie se le complicó elaborar un ejemplo congruente así que Alastor interrumpió
—Cómo una verdadera meretriz¹
—Oh vete a la mierda—soltó con una irritación tan natural que le sorprendió, se cubrió los labios instantáneamente y el silencio llenó el salón.
Alastor enarcó una ceja, impasible, y por un momento sintió como si la antigua personalidad de la chica hubiera vuelto a la vida, con una confianza absoluta y reacciones genuinas. Se miraron por un rato, ignorando los alrededores; ella en extrema incomodidad, él con antelación.
Rebecca no supo de dónde provino aquello, si había hecho un trabajo increíble tratando de caer bien todo el tiempo, controlando y midiendo sus reacciones, no deseaba perturbar ni crear conflicto y sin embargo de pronto tuvo que meter la pata. —...lo siento.
—No, chica esa es la actitud. —el joven de cabellos blancos le palmeó la espalda un par de veces con aire de felicitación. —Ven, ésta es la verdadera esencia. ¡Gané!
El hombre en traje bermellón solo asintió, dando media vuelta para retirarse.
—¿Te marchas?— Charlie lo abordó al verlo avanzar hacia la puerta de entrada
—Aunque estaría más que deleitado de quedarme a ver la inminente corrupción de la criatura a manos de Angel Dust, me temo que hay unos pendientes de los que debo encargarme.
—Cualquier información que puedas obtener sería de gran ayuda para resolver esto— le confío la rubia.
—Por supuesto querida, no te ocultaría nada.— con esto dicho Alastor cerró la puerta tras de sí. Sabía dónde debía buscar.
Notas:
*
¹Meretriz: Mujer que ofrece servicios o favores sexuales a cambio de dinero. Por extensión, mujer promiscua. Uso: despectivo.¡Gracias por leer y darle amor a esta historia! La idea es ir actualizando semanalmente, no la abandonen😭😭🙏🙏 compartan y dejen comentarios, todo sirve es mi motor para seguir escribiendo😔💕
Este capitulo puede contener algunos errores, sepan disculpar.
ESTÁS LEYENDO
Attached | Alastor x OC
Fiksi PenggemarElla es su dueña pero no lo recuerda Él piensa tomar ventaja de ello. Un nuevo huésped llega al hotel sin recuerdo alguno de cómo o cuándo ha caído en el infierno.Alastor sabe quién es, con la misma certeza con la que sabe que la soga que rodea su c...