Capítulo 13: Un mosquito

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—¿Qué pasó por tu cabeza en el momento que decidiste comprar ese horroroso sofá?

Sin siquiera dar el primer paso Taehyung nota el sofá que Jungkook compró con orgullo. El pelinegro esboza una cansada sonrisa y corre para lanzarse sobre su preciada pertenencia. Taehyung camina con la elegancia que lo caracteriza hacia la sala de estar del chico. Jungkook palmea un lado del sofá, invitándolo a tomar asiento junto a él. El castaño no cede y toma asiento en uno de los taburetes de la encimera.

—Jimin odia mi cerdito —comenta, mientras se acomoda mejor, arrastrando la manta hacia él—. Sé un buen novio falso y ven a acostarte conmigo.

—No quiero que me de gripe.

—Creo que tengo fiebre.

—Ese no es mi problema.

Jungkook suelta una carcajada, revolcándose de felicidad en el sofá por tener a Taehyung en su apartamento.

—¿Tienes hambre? —le pregunta al castaño, tomando asiento en el sofá para verlo mejor. Si a Jungkook le gustaba verlo con su clásica ropa formal, verlo con un simple pantalón de buzo y una camiseta lo hace querer chillar—. Te ofrecería sopa que hicieron mis amigos, pero la tuve que comer al borde de la arcada de asco. Así que lo único que nos quedaría es comida sucia de dudosa procedencia que podemos pedir por el celular. ¿Qué opinas?

—Tengo tanta hambre que podría comer esa asquerosa sopa —replica Taehyung.

Jungkook se levanta del sofá con rapidez, para tomar su móvil que se encuentra en una mesita ratona al frente de él. Le regala una sonrisa a Taehyung antes de pedir comida a su restaurante favorito. No sabe muy bien que le podría gustar al castaño, pero, guiándose por los platos que ha comido en sus citas falsas, comienza a ordenar diversos platillos.

—Recuerda que debes poner la crema para...

—No lo haré porque tú me lo dices —el castaño le corta.

Jungkook desvía la mirada desde el móvil a Taehyung y pone los ojos en blanco. El castaño esboza una sonrisa burlesca y, con brusquedad, toma la bolsa de la farmacia. No logra abrir el empaque de la crema con sus dedos temblorosos, así que Jungkook lo termina haciendo por él cuando se lo lanza.

El pelinegro usa sus dientes para quitar el plástico de la caja y así sacar la crema. Luego se pone de pie y camina hasta el chico, posicionándose frente a este. Baja la mirada a Taehyung, quien ya se encontraba escrutándolo con esos lindos ojos cafés. El contrario arquea una ceja cuando ve que Jungkook comienza a arrodillarse frente a él.

—¿Qué crees que haces? —pregunta con su voz seria.

Jungkook se encoge de hombros al arrodillarse en el suelo.

—Te pondré crema en la cara.

Taehyung carraspea, y el pelinegro suelta una carcajada por lo mal que suenan sus palabras. Tienen que pasar unos segundos para que el castaño suelte la tensión y su clásica seriedad y comience a reír también.

—Eres un tonto —murmura Taehyung entre risas

Las carcajadas de Taehyung son tímidas, como si no tuviera la costumbre de reír mucho. Y Jungkook sabe que es así, porque ha dedicado bastante tiempo de su vida universitaria a observarlo desde lejos.

—Es infantil, Jungkook —continúa, a pesar de que su risa no cesa—. Deja de reír.

El pelinegro aprieta los labios para dejar de reír. Taehyung rueda los ojos al oír la nariz congestionada del chico sonar por aguantar la risa. Al final debe dejar de hacerlo, porque un ataque de tos lo hace alejarse rápidamente del castaño, quien suelta burlonas carcajadas. Risas que se apagan rápidamente cuando Jungkook se acerca nuevamente con crema en sus dedos.

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora