Capítulo 18: Olvidar

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—¿Cómo está mi idiota favorito?

Jungkook sube la mirada hacia Jimin, y esboza una cansada sonrisa.

—Agotado —replica Jungkook.

—Otra noche de insomnio —asume Jimin.

No debe asentir para que su amigo sepa que fue así.

Su amigo rodea el mesón para tomar asiento a su lado, dejando sus pertenencias en el suelo del auditorio. Comparten una sonrisa, pero Jungkook sabe que la de su amigo es de pena. Porque eso era lo que daba en su deplorable estado.

Había pasado una semana desde que no veía a Taehyung.

Una semana desde que había despertado con la noticia de que el castaño...

No quería saber nada de él tampoco.

Muchas noches en vela lo habían llevado a la conclusión de que amar a alguien mitad piedra lo llevaría al éxito o a terapia. Y cada vez se acercaba más a la segunda opción. Por lo tanto, estaba enfocado en olvidar al chico.

Olvidar las conversaciones.

Olvidar las pocas risas que compartieron.

Olvidar que con él Taehyung volvió a reír.

Olvidar sus mañanas de compartir traumas para evitar discutir.

Olvidar su tono de voz sin vida.

Olvidar su tono de voz cuando las emociones lo abrumaban.

Que difícil va a ser olvidar a la persona que lo hizo volver a sentir.

La clase se desarrolla frente a él, pero no puede evitar mantener fija la mirada en el asiento —no designado— de Taehyung. Y vuelve a sentir pánico al no verlo ahí.

Taehyung jamás de los jamases faltaba a clases.

Ahora llevaba una semana sin asistir.

Muchas dudas habían asaltado su cabeza, siendo la principal la salud de su abuelo. Pero después de una investigación —mandó a su guardaespaldas a ver— se enteró de que el hombre se encontraba en buen estado, gozando de buena salud —en lo que se puede—, al igual que la madre del castaño.

Pueden llamarlo raro por enviar a una persona a espiar, pero fue solo una vez. Considéralo como ser stalker pero adinerado. Es decir, no usando redes sociales, sino que personas que trabajaban para él. Era más práctico, pero rozando lo ilegal. No lograba conseguir la tranquilidad en las noches al no saber las razones de las faltas del chico y, a pesar de estar dolido con él por pegarle el peor rechazo de la historia —escapando en el proceso— seguía preocupándose el chico. Era solo un triste enamorado sin correspondencia.

La pantalla de la computadora sigue encendida frente a él, porque no logra concentrarse en la cátedra. Una vez prometió no volver a bajar sus calificaciones por culpa de Taehyung, pero ahí estaba de nuevo, mirando hacia todos lados menos a la docente frente a él explicando el ciclo sueño-vigilia. Jimin le da un codazo, buscando su atención. Le da una corta mirada de reojo, la cual se ve interrumpida por el gorro del polerón que lleva. Jungkook muy pocas veces asistía a la universidad con conjuntos de buzo, ya que, antes de la comodidad, prefería usar sus pantalones de mezclilla holgados y sus chaquetas de cuero acompañadas de camisetas con estampados llamativos. Pero se encontraba en un estado tan deplorable, que sacaba lo primero que sus ojos veían en la mañana para evitar pensar más de lo que hacía en las noches.

Sus amigos lo observaban con lástima en ocasiones, y no era algo que le molestara. Ellos fueron quienes le dieron la noticia esa mañana. Yoongi incluso compartió algunas lágrimas con él —solo una, según su amigo—, al igual que Jimin. Sus amigos sabían que era la primera vez que sentía ese tipo de amor por alguien, y también supieron cómo contenerlo después del vacío y culpa que quedó en él al despertar y no verlo.

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora