Las compras con Jungkook son terribles, o eso es lo que piensa Taehyung mientras ve al chico mirarse a través del espejo con unos pantalones de nieve negros. Se recuesta en el sofá del probador y cierra los ojos durante unos segundos. Estaba cansado. En la mañana tuvo que escaparse durante unas horas de los brazos de Jungkook para acompañar a su abuelo y a su madre a los chequeos que quedaron pendientes el día anterior. Posterior a eso, Jungkook le recogió en su hogar para comenzar la lucha que era comprar ropa con el chico.
Llevaban aproximadamente cinco horas metidos en diversas tiendas deportivas u outdoors. Sus compras fueron rápidas, a pesar de que le costó encontrar pantalones con la longitud suficiente para sus largas piernas. Pero Jungkook... Debía de estar muy enamorado de él como para seguir ahí sentado mientras le escuchaba parlotear.
—Me aprieta los muslos este pantalón —se queja el chico.
Era el décimo que le apretaba los muslos, según Jungkook. Taehyung había visto con detalle cómo cada uno de los anteriores le quedaban perfectos, pero seguía sin conformarse.
—¿Estás cansado? —indaga Jungkook, desabrochando los botones del pantalón.
Taehyung saca las manos de su rostro y toma una larga inspiración. «Es Jungkook. Es Jungkook. Es Jungkook», se recuerda repetidas veces.
—No —murmura.
Por supuesto que estaba cansado. Estaba yendo hace días al hospital por el rápido deterioro que comenzó a manifestarse en el hombre desde hace algunas semanas, pero eso no lo sabía Jungkook. Tampoco sabía que ayer escapó de su casa al apartamento del chico, porque lo único que necesitaba en ese momento era uno de esos cálidos abrazos que le daba solo a él.
—¿Estás seguro?
Taehyung vuelve a tomar aire, y dice:
—Yo opino que deberías llevar esos —Jungkook alza las cejas interesado en sus palabras—. Se te ven —baja la mirada al trasero del chico— excelente.
Y parece que eso era lo que el chico necesitaba para decidirse.
Taehyung se siente un idiota al no haberlo entendido antes.
—Entonces estos serán —replica Jungkook.
[...]
La noche antes del viaje, Jungkook es invitado a pasar la noche en el hogar de Taehyung —bajo instrucciones de Ryujin—. El chico debe aceptar de cualquier forma, porque, algo que aprendió después de compartir con la mujer unos pocos días, es que sus palabras deben respetarse y no poner peros ante ellas.
Observa televisión con el abuelo de su casi-novio mientras espera a que el chico termine de arreglar su maleta para subirla al automóvil y no perder tiempo en la mañana, ya que el vuelo sería bastante temprano. De hecho, si no se dormían en unos minutos, tendrían tan solo unas míseras cuatro horas de descanso. La respuesta de Taehyung fue la misma de siempre: «No me interesa».
—¿Por quién votarás en las próximas elecciones, chiquillo?
El abuelo de Taehyung dejó de llamarlo por el nombre de su padre, y eso lo entristece un poco. Tampoco sabía que era el mismo chico con el que saltó bajo la lluvia hace unos cuantos días atrás. Realmente ponía en duda que recordara el momento en su totalidad, porque el hombre parecía más perdido que nunca y su poca agilidad se deterioraba con rapidez.
—No lo sé, señor Tae-moo —replica con honestidad.
—¿Tienes edad para votar, chiquillo?
Jungkook suelta una risa y vuelve su mirada al hombre.
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Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTH
FanfictionAnte un escándalo gubernamental, mensajes privados de Jungkook, el encantador hijo de la actual presidenta de la nación, son filtrados, revelando su atracción por Kim Taehyung, su apático rival académico de la universidad más prestigiosa del país. E...