—¿Y tienen que darse besos y esas cosas?
Taehyung deja el lápiz de carboncillo sobre las hojas en blanco donde dibujaba los esquemas para estudiar y sube la mirada hacia Namjoon.
—Creo que..., ¿no? —replica un poco confundido. Es decir, eso no estaba en el contrato que había firmado hace unos días atrás en el despacho del demonio —como Taehyung le había llamado—. Su suegra falsa era una maniática—. La verdad es que no lo sé.
—Si tú no quieres no debes hacerlo, Taehyung —Seokjin se une a la conversación.
Taehyung asiente con la cabeza y vuelve a poner sus audífonos en las orejas.
«¿Será necesario besarlo? —se pregunta—. Lo podía hacer más convincente, pero sería raro» Taehyung tenía veintitrés años y jamás se había sentido interesado en alguien. El poco contacto físico que ha tenido ha sido en su mayoría prácticamente obligado por el estúpido pensamiento de que los chicos de su edad ya deberían tener experiencia en esas cosas. La pasó mal mientras prácticamente succionaban sus labios con desesperación. Fue extraño. No le gustó para nada.
El único y eterno interés de Taehyung había sido su educación. Siempre demasiado metido en un libro de biología molecular como para notar las miradas de otros. Y su actitud tampoco hacía las cosas fáciles. Solía asustar un poco a la gente con su tono neutro de voz o sus bromas que muchos no entendían.
Nunca perdía los estribos.
Trataba de mantener una vida plena y sin dramas.
Hasta que llegó ese niñato de pelos negros, obviamente.
—Jungkook me cae mal, así que no lo besaré.
Sus amigos alzan sus miradas hacia él y luego se miran de reojo.
—Si eso te hace sentir mejor —dice Namjoon con cierto tono en su voz que le molesta.
[...]
Durante las cátedras se pregunta si se tiene que sentar cerca de Jungkook. Su contrato ponía que debía mantener el contacto con el chico de alguna forma, pero no sabía en qué momento. Las instrucciones aún no llegaban a sus correos, pero, según palabras que el chico le dijo hace algunos días atrás, es que todo se estaba coordinando para que calzara perfecto con algunos eventos que se desarrollarían por parte del gobierno. Uno de ellos era el cumpleaños de la presidenta.
Escucha con atención las palabras de su profesor de biología celular II. Desvía la mirada hacia Jungkook cuando este hace una pregunta que a él jamás se le hubiera ocurrido. Y no puede evitar sentirse un poco tonto. Era bueno, lo sabía. Ambos lo eran, lo reconocía. Pero Jungkook en ciertos —casi mínimos— momentos era mejor que Taehyung. Y lo odiaba. En ocasiones se preguntaba si a Jungkook también le entraba esa inseguridad. Pero luego veía tanta seguridad en él, que descartaba la posibilidad.
Entre el divague, su móvil vibra, rompiendo el hilo de sus pensamientos. Lleva la mano al bolsillo y lo saca. Arruga el entrecejo al ver un correo electrónico de dirección desconocida. Al abrirlo y leer de qué se trataba, gira su cabeza rápidamente hacia Jungkook, quien ya se encontraba mirándolo.
El itinerario ya estaba en sus manos.
[...]
Jimin 12:09
Creo que es el perfecto momento de que le pidas que te amarre las muñecas con esa corbata horripilante que lleva.
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Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTH
FanfictionAnte un escándalo gubernamental, mensajes privados de Jungkook, el encantador hijo de la actual presidenta de la nación, son filtrados, revelando su atracción por Kim Taehyung, su apático rival académico de la universidad más prestigiosa del país. E...